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Descarga Buscando a Dios

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Joaquín Trincado<br />

tronómicos, sin descuidar los conocimientos comerciales y físicos: de donde<br />

resulta que, enseñando en los libros santos de la naturaleza y la astronomía,<br />

era forzoso que sus discípulos aprendiesen amor y libertad.<br />

¿Mas, dónde estudió Jesús? ¿José su padre lo enseñó? José era un<br />

obrero de rudo trabajo y no poseía ni de muy lejos, como hombre, los conocimientos<br />

que demostró Jesús. ¿Lo enseñó María? María hubiera enseñado<br />

igual a todos sus otros hijos; pero ¿dónde tenía el tiempo aquella joven<br />

esposa, que aunque fuera varonil, como se me ha dicho en Jericó, a los 16<br />

años es casada con un hombre que le lleva como regalo de bodas cinco hijos<br />

a quien arreglar, José 6 y ella 7 y al año, es decir antes del año, ya tenía en<br />

sus brazos al niño Jesús, tenido en gracia... del amor de José?<br />

En Nazareth se me ha dicho una palabra, «José el carpintero, conocía<br />

a <strong>Dios</strong>, porque era Kabalísta afiliado a la Kábala de JerusalEm y por tradición<br />

sabemos, que obraba y tenía oráculos con su mujer María y habló con<br />

los ángeles; pero también hablamos nosotros». fuéme dicho ésto con tal<br />

ingenuidad que no se podía dudar.<br />

Inquirí una explicación sin embargo, y mi sorpresa fue grande al darme<br />

una explicación que creería descabellada, sino estuvieran acostumbrados<br />

mis oídos a oír decir que los espíritus pueden hablar y aseguró que «Jesús<br />

en la Kábala de Jerusalem, oyó de los espíritus, la doctrina que predicó».<br />

Debo confesar aquí, que no había oído siquiera una palabra de espiritismo,<br />

ni leído una sola letra; como no entendía de lo que se tratase en<br />

esa doctrina, no quise oír y dije para cortar la conversación: ¿En Jerusalem<br />

existe algún resto de esa Kábala? ‘Sí y en Samaría y muy adelantados», me<br />

contestaron.<br />

En Jerusalem me fue costoso encontrar la Kábala que ya deseaba, pues<br />

en Nazareth se me había dicho que «allí hay ricos datos y dado el fin que<br />

perseguía, allí encontraría mi trabajo hecho». Me señaló un punto y me dio<br />

una consigna. A los días señalados acudía al punto y al fin, ya convencido<br />

de que estaba en el terreno, hice el signo y fui atendido.<br />

Expuse mi pretensión; tres ancianos me midieron muchas veces de<br />

25 Esta cláusula, me fue dicha en la Kábala de Jerusalem.<br />

26 Desde que se abrió la Escuela Magnético Espiritual de la comuna Universal a la que todo le fue<br />

dado para fe de que es la continuación de aquella, el consejo, fue disuelto.<br />

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