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Descarga Buscando a Dios

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Joaquín Trincado<br />

cosa de un momento, duró hora tras hora, hasta verse derrotado y preso por<br />

las manos del condestable; pero los soldados, en la desbandada, dispararon<br />

la artillería antes de entregarse y un pedazo de granada rompió la pierna<br />

derecha a Juanucho.<br />

En unas andas improvisadas con las picas, fue transportado al castillo<br />

de orsini y sufrió su cura en la misma cama que le fue amputado el brazo<br />

a Doña Elvira y asistido por el mismo doctor Aducio. ¡Qué ironías tiene el<br />

destino tan crueles!.<br />

En cuanto Doña Baldomera tuvo conocimiento del nombre del<br />

condestable, le dijo al doctor: Ya sabéis cuánto me interesa la vida de ese<br />

hombre y que sepa lo más pronto posible el paradero de las dos señoras.<br />

— ¡Hum!, dijo el doctor, que le salvaré la pierna, puedo asegurar, sino<br />

se le da tan fuerte impresión, pero podré ir preparándolo.<br />

No, dijo Doña Baldomera, la alegría debe recibirla toda de una vez,<br />

¿cuándo se le podrán comunicar?<br />

—Dentro de tres días.<br />

A los tres días se presentó Doña Baldomera en la estancia del herido,<br />

ésta tenía un parecido a Valencia y se desvaneció un momento, Juanucho.<br />

Le habló luego y no le hizo desear mucho para comunicar al condestable<br />

todo lo que sabemos de las damas, y su estancia en florencia, aconsejándole<br />

mucha tranquilidad, para que luego se uniera a ellas.<br />

Tan absorto quedó Juanucho con las noticias recibidas que ni siquiera<br />

acertó a contestar; parecía que estaba ya curado y que de un salto montaba<br />

a caballo y se unía a aquellas mujeres que tendrían grande alegría al verle.<br />

Apenas Juanucho se repuso de la impresión, preguntó al doctor:<br />

— ¿curaré pronto, médico querido?<br />

—Así lo espero amado condestable; también a mí me interesa mucho,<br />

vuestra rápida curación, ¡me impresionaron tanto aquellas señoras! ¡Sólo<br />

aquella joven de tanta virtud ha sido capaz de arrancar lágrimas de emociones<br />

nunca sentidas!<br />

— ¿Y cuándo podré levantarme?<br />

—Dentro de un mes.<br />

— ¿Un mes? ¡cuánto tiempo!<br />

— ¿os parece mucho? ¡Una fractura! En todas son menester 40<br />

días, pero vuestra cura siempre que seáis prudente, quizá basten 33;<br />

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