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ABRIR CAPÍTULO IV. - Universidad Complutense

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La cuestión irlandesa en ía política internacional de Felipe II<br />

los impuestos, el control inglés de los precios, en que el Gobierno se preocupaba de<br />

defender los derechos de Inglaterra y no de los habitantes, ya fuesen descendientes de<br />

ingleses o irlandeses.<br />

La guerra de Hugh OtJeill pudo haber sido más general si hubiera obtenido del<br />

papa de declaración de excomunión de todos los que no ayudaran a su causa. De hecho,<br />

no hubo una entrada en acción total por parte española hasta que se rebeló con todo su<br />

poder ONeill. Clemente VIII concedió indulgencias, como se hizo en 1579 con James<br />

Fitzmaurice, pero no permitió tal sentencia. No obstante, O’Neill consiguió la ayuda de<br />

católicos simpatizantes al gobierno inglés. Además, la unión con España de los viejos<br />

ingleses hacía que también siguieran a O’Neill. Los obispos en el exilio quisieron volver a<br />

Irlanda.<br />

La ideología que sostenía a la mayor parte de los rebeldes estaba imbuida por la<br />

defensa de la fe católica, pero la fe católica hispánica, o si se prefiere la que se vivía en la<br />

Monarquía hispánica, cuya impronta habla sido forjada por Felipe II. La confederación de<br />

1590 así lo puso de manifiesto. El puente entre 1569 -primera oferta firme del reino- y<br />

1593 -decidida confederación con seguridades de éxito- fue la formación de los exiliados<br />

en el continente. Habían llegado las clases dirigentes de país que estaban en cierto modo<br />

en guerra civil y en guerra nacional. Al llegar al continente no dejaron de ejercer como<br />

clases dirigentes, aunque las autorides tan sólo les reconocían la autoridad moral por<br />

misericordia y por sacarles algún partido.<br />

La guerra de O’Neill fue en verdad una conflagración político-religiosa. El rebelde<br />

justificó en términos religiosos su insurrección. Los apologistas católicos intentaron<br />

exaltar a sus mártires como heroes nacionales, murieron por la fe y por la patria. Hubo<br />

entonces un “nacionalismo católico irlandés” que emergió en la siguiente centuria.<br />

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