ABRIR CAPÍTULO IV. - Universidad Complutense

La cuestión irlandesa en la política internacional de Felipe II
En los primeros años del Seiscientos tropezamos con abundantes peticiones de
soldados irlandeses que quieren ser recompensados por sus servicios en la milicia,
consecuencia del fracaso político-militar en la conquista de Irlanda. El secretario Prada se
encargó de determinar quién podía ser ayudado. Richard Lon, natural de Galway, servía
desde 1590 en Flandes. Había luchado en Bretaña, y últimamente lo hizo bajo paga del
rey en Irlanda junto a O”Neill. Ahora pedía ayuda para seguir luchando, es decir, seguir
cobrando. John Minan era un médico irlandés, graduado en artes y medicina por la
universidad de Lérida. En 1601 presentó al Consejo de Guerra una petición, queda volver
a Irlanda para lucharjunto a O’Neill.
Se había producido gran inmovilismo en las actitutes y en cierto sentido radicalidad:
‘juro como cristiano de no curar ningún luterano si no se convierte”. En
1603 el capitán irlandés Bernard Kelly y el soldado Dioniso Brien quedan volver a
Irlanda, de ahí que pidieran al Consejo de Guerra cartas de recomendación para O’Neill y
O’Donnell. Lo mismo pasó con otros catorce irlandeses que presentaron juntos la petición
añadiendo además que se les diera cierta ayuda porque volvían a Irlanda. El rey les
concedió 1.000 ducados, pero sólo a aquellos que verdaderamente fueran a Irlanda. El
caballero irlandés Jhon Bael había servido en el ejército de Flandes desde 1589.
Recientemente había estado luchando junto a O’Neill. Había regresado a España, pero
decidió volver a su patria. Quiso recibir las pagas atrasadas y una ayuda de cosía. Otro
caballero irlandés, James Bedlo, habla luchado en Irlandajunto a O’Neill, hubo de huir a
causa de las persecuciones que padecía, en Flandes encontró puesto en la milicia.
Participó en el sitio de Ostende (1601-1604) y allí perdió la mano izquierda. Ahora quería
un puesto de entretenimiento.
También seguían pidiendo ayudas los estudiantes irlandeses que estaban en los
territorios de la Monarquía. Podemos señalar al irlandés David Rojas, prefecto de los
estudiantes irlandeses de la universidad de Douai, en Flandes, que reclamaba en 1604 la
pensión prometida de 2.000 ducados anuales. Posiblemente el más paradigmático de los
casos sea el del obispo Thomas Strong -cuya sede era Ossory-, auxiliar del arzobispo de
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