ABRIR CAPÍTULO IV. - Universidad Complutense

La cuestión irlandesa en la política internacional de Felipe 11
servicio de la Corona y quiénes vendían la información a Inglaterra. El Consejo de Guerra
español pidió a las autoridades irlandesas -obispos y nobles- que hicieran cabeza y
hablaran claro sobre sus connacionales. Hemos destacado el papel que jugó Francis
Englefield. inglés extraordinario. Tuvo que determinar quiénes estaban dentro de los
límites impuestos por el rey. Así se pudieron controlar y, en definitiva, purgar las
comunidades irlandesas. Pero no fue suficiente, el rey ordenó que sacaran a los irlandeses
de los puertos, especialmente de Lisboa, y trasladarlos al interior.
Con los documentos analizados hemos esclarecido por qué no se efectuó el socorro
a los soldados que quedaron en Irlanda: lentitud y temor. Natural lentitud del rey y toda su
corte, acentuada por las noticias confusas; y temor a un ataque inglés, represalia
inevitable. En La Coruña hubo una importante comunidad de irlandeses. El confesor del
marqués de Cerralbo era un irlandés. Hemos puesto de relieve por qué se produjo el
ataque de Norris y Drake a La Coruña. Una de las causas fue precisamente esa molesta
comunidad de irlandeses, que con su actitud agresiva minaba el esfuerzo que la reina hacia
por apoderarse de toda la isla.
Con respecto al asedio de Lisboa, además de narrar los orígenes del conflicto, un
agente pontificio nos ofrece, desde su privilegiado puesto de testigo cualificado de los
acontecimientos, el importante papel desempeñado por el archiduque Alberto para
conjurar el doble peligro, el de la armada inglesa y el de la sublevación de los portugueses
partidarios del pretendiente a la Corona, don Antonio de Portugal.
William Stanley, coronel del regimiento de irlandeses en Flandes, desempeñó un
importante papel en el puerto de El Ferrol. Fue comisionado por el rey para organizar allí
una nueva armada. Desplegaron una decisiva actividad las comunidades de irlandeses y el
hospital militar.
Hubo aciertos y fracasos en las armadas de 1586-97 para ayudar a los rebeldes
irlandeses del Tyrone, comandados por O’Neil. Desde El Ferrol se organizaron los
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