El faro de Alejandria.qxd - Telefonica.net
El faro de Alejandria.qxd - Telefonica.net
El faro de Alejandria.qxd - Telefonica.net
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
mundo occi<strong>de</strong>ntal) en la vieja Europa.<br />
Para explicarlo nos remitiremos al sociólogo Max Weber (1864-<br />
1920). Este pensador alemán reflexionó sobre la moral (capitalista)<br />
<strong>de</strong>l éxito en una obra suya, ya clásica, titulada: la ética protestante y<br />
el espíritu <strong>de</strong>l capitalismo (Taurus, 1969). En el momento en que la<br />
escribió (principios <strong>de</strong>l siglo XX) la historiografía se <strong>de</strong>batía entre las<br />
tesis marxianas <strong>de</strong> que la estructura económica es el elemento <strong>de</strong>terminante<br />
en última instancia que marca el camino a las otras estructuras,<br />
incluida la i<strong>de</strong>ológica, y las <strong>de</strong> otros, como el propio Weber, que<br />
opinaban, por el contrario, que la i<strong>de</strong>ología era precisamente la causa<br />
causans <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo económico. Hasta que punto tenían razón Marx<br />
o Weber, no es cuestión que vayamos a <strong>de</strong>batir en este ensayo.<br />
Ambas teorías, si no se convierten en dogma por obra y gracia <strong>de</strong><br />
alguien, explican muchas cosas y arrojan luz por igual sobre nuestra<br />
compleja sociedad presente. En todo caso, la visión <strong>de</strong> Weber resulta<br />
cuando menos muy atractiva para explicar ese fenómeno, el <strong>de</strong> la<br />
moral <strong>de</strong>l éxito, que se extien<strong>de</strong> como reguero <strong>de</strong> pólvora en nuestros<br />
países "globalizados".<br />
Max Weber cuenta en el libro La ética protestante que Lutero y<br />
sus sucesores <strong>de</strong>sarrollaron la llamada "teoría <strong>de</strong> la pre<strong>de</strong>stinación"<br />
en ella se afirma que el hombre está pre<strong>de</strong>stinado por <strong>de</strong>signio divino<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su concepción, para salvarse o con<strong>de</strong>narse, sin que sirva <strong>de</strong><br />
nada cualquier acción buena o mala que aquel realice durante su vida<br />
terrenal. Con todo, quien llevó hasta sus últimas consecuencias más<br />
radicales esta moral <strong>de</strong>terminista fue Calvino.<br />
<strong>El</strong> calvinismo, que impregnó en Flan<strong>de</strong>s la i<strong>de</strong>ología in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista<br />
contra el Imperio Español, prendió especialmente en Holanda,<br />
cuna <strong>de</strong> un capitalismo incipiente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> principios <strong>de</strong> la Edad<br />
Mo<strong>de</strong>rna. Allí, según el autor alemán, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ser un pre<strong>de</strong>stinado<br />
por Dios a salvarse o con<strong>de</strong>narse e ignorar el veredicto, causaba<br />
inmenso terror en las conciencias <strong>de</strong> la población. Consecuentemente<br />
la gente pedía una señal <strong>de</strong>l cielo para serenarse; saber <strong>de</strong> alguna<br />
forma, en el más acá, cuál sería luego su <strong>de</strong>stino en el Más Allá. De<br />
esta necesidad nació la creencia <strong>de</strong> que el éxito económico era una<br />
señal enviada por Dios al triunfador, <strong>de</strong> que había sido elegido para<br />
compartir la Gracia en el Cielo. En el fondo dicha creencia no era más<br />
que una excusa moral <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>rosos para justificar su (<strong>de</strong>smedido)<br />
afán <strong>de</strong> lucro.<br />
Pero pronto la apetencia <strong>de</strong>smesurada <strong>de</strong> bienes materiales se<br />
convirtió en el pozo sin fondo al que abocan todas las compulsiones<br />
y la neurosis colectiva consiguiente hubo <strong>de</strong> buscar nuevos horizon-<br />
304