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personificar, los problemas que las oprimen. En este proceso, el problema<br />
se convierte en una entidad separada, externa por tanto a la<br />
persona o a la relación a la que se atribuía. Los problemas considerados<br />
inherentes y las cualidades relativamente fijas que se atribuyen a<br />
personas o relaciones se hacen así menos constantes y restrictivos<br />
(White, 1993, p. 53).<br />
Es un proceso en el que los consultantes y el terapeuta comparten<br />
conversaciones en las que se visualiza el problema consultado<br />
como una entidad externa a ellos. Esto les genera a los individuos<br />
la idea de que cada quien es capaz de seleccionar el tipo de<br />
relación que quiere mantener con el problema. Al considerar que el<br />
problema no constituye una parte de sí mismo, al consultante se le<br />
abre más fácilmente la posibilidad de considerar algo como transformable,<br />
o que puede resistirlo habiéndose decidido a contrarrestarlo.<br />
Los consultantes son alentados a decidir qué relación quieren<br />
llevar con el problema externalizado. La externalización propicia el<br />
que la gente escape activamente del ser subyugada por el problema.<br />
En este proceso, la historia dominante empieza a ser considerada<br />
como una narración impuesta por el problema. De esta manera<br />
también por su iniciativa propia la gente indaga y desarrolla narraciones<br />
excepcionales con relación a la historia dominante de subyugación<br />
(Yashiro, 2005).<br />
La conversación externalizante comprende básicamente seis momentos<br />
(Morgan, op. cit.):<br />
1. Nombrar el problema. El primer paso es nombrar el problema. Es<br />
importante que los consultantes mismos seleccionen un nombre<br />
para su problema. El terapeuta puede construir los siguientes tipos<br />
de preguntas: ¿Hay algún nombre que puedas ponerle a este problema,<br />
¿cómo podrás llamar esta situación?, etcétera. Se debe cuidar<br />
mucho que esta denominación no sea una imposición. En el caso<br />
de que se le ocurra al terapeuta un nombre conveniente, le debe<br />
preguntar al consultante ¿qué te parecen nombres tales como “ansiedad”<br />
o “preocupación”? Se pueden externalizar sentimientos,<br />
problemas relacionales, prácticas sociales o culturales, por ejemplo,<br />
pueden ser temas tales como culpa, preocupación, depresión,<br />
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