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Trabajos como los de Burin (1998 y 2000), Tarragona (1990)<br />
y Fernández (2004) hacen referencia al sesgo patriarcal de los<br />
planteamientos teóricos de la terapia familiar, en los cuales pasan<br />
inadvertidos la condición de devaluación de la mujer en la<br />
familia y su diferente acceso al ejercicio del poder sobre ellas<br />
mismas y sobre sus seres queridos, y en cambio, se hace énfasis<br />
en su potencial capacidad de “enfermar”, al categorizarlas como<br />
madres esquizofrenizantes, sobreinvolucradas, intrusivas,<br />
culpígenas, etcétera.<br />
Con frecuencia, la cercanía emocional atribuida a las mujeres<br />
sigue siendo traducida como negativa, fundamentada teóricamente<br />
como una necesidad simbiotizante que impide el crecimiento<br />
de los hijos. En cambio, las características asignadas<br />
a los hombres, como la autonomía, y más aún las conductas que<br />
los mantienen alejados de la vida familiar y de los hijos, no<br />
han sido planteadas como falta de apego, sino que son valoradas<br />
e incluso justificadas como necesarias en su condición<br />
de proveedores.<br />
El problema de la diferencia no radica en sí misma, sino en la<br />
manera en que se valora, se jerarquiza y constriñe la vida de las<br />
personas. La diferencia sexual, no debería ser tomada como un<br />
sello que marque y limite sus vidas, que aliente ciertos comportamientos<br />
en unos y repruebe los mismos en otros.<br />
Las investigaciones de CIJ han reportado además, una serie de<br />
articulaciones entre el uso de las drogas, la violencia familiar y las<br />
construcciones sociales de género. Señalan la necesidad de incorporar<br />
a la atención terapéutica una visión sensible al género.<br />
El modelo multidimensional, por tanto propone utilizar diferentes<br />
referentes teóricos que den cuenta de la articulación de<br />
los problemas de la violencia famiiar y las adicciones, y de las<br />
posibilidades de un proceso terapéutico que atienda estos problemas<br />
integralmente. Este modelo sostiene la importancia de<br />
trabajar la terapia familiar con perspectiva de género y complementarla<br />
con estrategias psicoeducativas que permitan que hombres<br />
y mujeres tengan información acerca de la influencia cultural<br />
en nuestro sentir, pensar y actuar, y reconozcan su propia<br />
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