GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia
GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia
GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
ARCHIVO Y BIBLIOTECA NACIONALES DE BOLIVIA<br />
distinguidísimos; v pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que antes <strong>de</strong> que el Alto Perú<br />
contase con un ejército profesional compuesto <strong>de</strong> tropas europeas,<br />
Olañeta había sido el alma y el apoyo <strong>de</strong> todos los esfuerzos que los<br />
realistas <strong>de</strong> aquellas cuatro inten<strong>de</strong>ncias habían hecho por<br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse contra las invasiones revolucionarias <strong>de</strong> las tropas <strong>de</strong><br />
Buenos Aires. Y sin embargo Olañeta no había sido jamás militar ni<br />
otra cosa más que simple traficante <strong>de</strong> Salta. Ligado antes <strong>de</strong> la<br />
revolución con las casas <strong>de</strong> comercio <strong>de</strong> Gurrugacha y <strong>de</strong> Mol<strong>de</strong>s,<br />
había pasado una vida activa haciendo el comercio <strong>de</strong> negros, <strong>de</strong><br />
ganado, <strong>de</strong> géneros y <strong>de</strong> pastas metálicas entre Salta, el alto Perú y<br />
Lima; negocio eslabonado con el contrabando <strong>de</strong> Buenos Aires, cuya<br />
llave <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la invasión inglesa, había sido en manos <strong>de</strong> varios<br />
comerciantes <strong>de</strong> Buenos Aires”.<br />
“Por su actividad personal y por las extensas cuadrillas <strong>de</strong><br />
peones que había formado, se hizo Olañeta en poco tiempo uno <strong>de</strong><br />
los adali<strong>de</strong>s más famosos <strong>de</strong> la causa <strong>de</strong>l rey y lo más curioso es,<br />
que al mismo tiempo se entregaba todo entero a la carrera militar,<br />
adquiriendo en ella una notable competencia y merecidísimos<br />
grados, seguía sus negocios con mayor anhelo, tenía sucursales<br />
más o menos <strong>de</strong>claradas y públicas en todas las plazas <strong>de</strong>l Perú,<br />
cuadrillas <strong>de</strong> contrabandistas bien relacionados para tomar efectos y<br />
sacar ganados <strong>de</strong> Salta e introducir pastas; y a la vez que era uno <strong>de</strong><br />
los más famosos coroneles <strong>de</strong>l virrey <strong>de</strong>l Perú era directamente o por<br />
medio <strong>de</strong> sus agentes el proveedor <strong>de</strong> las tropas y surtidor general<br />
<strong>de</strong> los mercados interiores. Guerrillero incansable, intransigente y<br />
cruel también, no le faltaba flexibilidad para enten<strong>de</strong>rse con Güemes<br />
y con otros patriotas acerca <strong>de</strong> las arrias <strong>de</strong> merca<strong>de</strong>rías y <strong>de</strong> pastas<br />
<strong>de</strong> retorno, o <strong>de</strong> una gran tropa <strong>de</strong> ganados, a través <strong>de</strong> la frontera<br />
en que, por lo mismo, preferiría él imperar con exclusión <strong>de</strong> los <strong>de</strong><br />
más jefes realistas que pudieran contrariarlo. Este extenso comercio<br />
le daba un gran número <strong>de</strong> subordinados, guerrilleros a la vez, que<br />
tenían a su cabeza hombres <strong>de</strong>cididos, con el título <strong>de</strong> coroneles o<br />
comandantes, como el valenciano José María Val<strong>de</strong>z, conocido en la<br />
historia <strong>de</strong> esta guerra con el nombre <strong>de</strong> el Barbarucho que tan<br />
pronto era jefe <strong>de</strong> una división realista como mayoral ricamente<br />
interesado por su jefe”. 2<br />
Olañeta fué el verda<strong>de</strong>ro tipo militar rutinario, no tenía más<br />
escuela que la adquirida en el campamento, ni más estudios que las<br />
2 Historia <strong>de</strong> la República Argentina - Vicente F. López, tomo VII, capitulo VII<br />
13