GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia

GUERRA DOMESTICA
El 8 de julio de 1824 ingresó a Chuquisaca el general don
Jerónimo Valdez a la cabeza de su ejército. Día antes desocuparon
esa ciudad los coroneles Marquiegui y Barbarucho: el primero se
dirigió al partido de la Laguna, a fin de incorporarse al 2º escuadrón
de los “Dragones de La Laguna”, que allí situó el brigadier Aguilera,
encomendándolo al 2º comandante de este regimiento, don Ignacio
Rivas, que seducido por los emisarios del general Valdez, que lo
eran el canónigo magistral Ureta y el coronel Pacheco, se pasó a las
banderas del virrey. El coronel Marquiegui ignorando la defección de
esa tropa, estuvo en grave peligro de caer en poder de ella. El
coronel Barbarucho con su batallón deseando incorporarse al general
Olañeta, había tornado la dirección de Tarabuco, para no tropezar
con las fuerzas constitucionales.
Valdez permaneció solo tres días en Chuquisaca. El brigadier don
Antonio Vigil fué nombrado, con carácter provisional, presidente de la
real audiencia de Charcas y gobernador de esa provincia. Los
oidores nombrados por Olañeta fueron destituidos de sus curules y
reemplazados por los que separó el general disidente. Con una
columna de 200 infantes partió sin pérdida de tiempo a Potosí, el
general Carratalá, encargado del gobierno de esa imperial villa, y
Valdez, dejando una pequeña guarnición en Chuquisaca, salió con
su ejército en pos del coronel Barbarucho.
BATALLA DE TARABUQUILLO.
12 de julio de 1824.
Barbarucho había hecho jornadas relativamente cortas, tanto
para observar los movimientos de Valdez, cuanto por esperar se le
incorporase el coronel don Guillermo Marquiegui.
No sabía la salida de Valdez, que ron la rapidez que le era
peculiar ejecutaba sus movimientos, de manera que logró alcanzarlo
en el lugar llamado Tarabuquillo. Esta es una extensa llanura donde
hay algunos montículos o pequeñas colinas, que se suceden unas a
otras, formando ligeras hondonadas. Por allí caminaban los soldados
del Batallón “Unión”, en columna de viaje, cuando fueron avistados
por Valdez, quien acompañado de dos ayudantes y cuatro lanceros
de su escolta, se había adelantado a su ejército. Cuando llegó a la
cola del batallón, le mandó hacer alto. Muy audaz se necesitaba ser
lira dar este paso, pero el general Valdez lo era en extremo y
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