GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia
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ARCHIVO Y BIBLIOTECA NACIONALES DE BOLIVIA<br />
acompañaban el convoy, Val<strong>de</strong>z trató a todos ellos con la mesura y<br />
cortesía que le era característica.<br />
En la madrugada <strong>de</strong> ese mismo día, repentinamente, penetró el<br />
general Olañeta en Tarija con las fuerzas <strong>de</strong> su mando, sorprendió e<br />
hizo prisioneros a sesenta soldados, un oficial y al comandante don<br />
Diego Roldán, que en esa ciudad <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> guarnición el general<br />
Val<strong>de</strong>z.<br />
Ese mismo día y a ésa misma hora el coronel don Francisco<br />
López <strong>de</strong> Quiroga sorprendió la villa <strong>de</strong> la Laguna con el 1º<br />
escuadrón <strong>de</strong> Dragones <strong>de</strong> “La Laguna”, tomó el 2º escuadrón <strong>de</strong>l<br />
mismo regimiento, mandado por el comandante don Ignacio Rivas,<br />
que como dijimos se pasó al ejército <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>z, hizo prisionero a este<br />
jefe y recuperó su cuerpo. López había marchado a La Laguna,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Vallegran<strong>de</strong>, enviado por el brigadier Aguilera.<br />
La noche <strong>de</strong> ese notable día el general don José <strong>de</strong> Carratalá<br />
llegó al lugar <strong>de</strong>nominado Salo con la fuerza <strong>de</strong> su mando y el<br />
enorme cargamento que a Potosí conducía para <strong>de</strong>positarlo en los<br />
almacenes <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Moneda, y situarse él con la guarnición por<br />
haber sido nombrado gobernador <strong>de</strong> la villa imperial: Pero no<br />
contaba que el terrible Barbarucho noticioso <strong>de</strong> su marcha, resolvió<br />
sorpren<strong>de</strong>rlo y apropiarse <strong>de</strong> tan espléndido botín <strong>de</strong> guerra.<br />
Carratalá llegó a Salo y hallando muy a<strong>de</strong>cuado el lugar para<br />
acampar, mandó hacer alto; pocos momentos <strong>de</strong>spués las tropas<br />
hicieron pabellones <strong>de</strong> sus fusiles, arreglaron las cargas, dieron<br />
pasto al ganado y se entregaron al <strong>de</strong>scanso. Serían las nueve <strong>de</strong><br />
una noche oscura y fría, todos dormían <strong>de</strong>scuidados en el campo<br />
realista, cuando cautelosamente se presentaron en él los temidos<br />
soldados <strong>de</strong>l batallón “Unión” y sin ser sentidos cayeron sobre los<br />
<strong>de</strong>scuidados enemigos, que <strong>de</strong>spertaron al estruendo <strong>de</strong> la fusilería y<br />
vivas al rey que daban los soldados <strong>de</strong> Barbarucho. Los <strong>de</strong> Carratalá<br />
vueltos <strong>de</strong> sorpresa intentaron resistir pero todo fué inútil, fueron<br />
prisioneros, y los que no, se dispersaron, quedando en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />
audaz Barbarucho todo cuanto Carratalá conducía a Potosí; el mismo<br />
general quedo segunda ves prisionero y enviado a ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l<br />
general Olañeta, pero Carratalá tuvo la suerte <strong>de</strong> seducir a los<br />
guardianes que lo conducían y reunirse luego a las tropas <strong>de</strong>l general<br />
Val<strong>de</strong>z.<br />
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CONTINÚA LA CAMPAÑA<br />
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