GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia

GUERRA DOMESTICA
Cinti, agosto 30 agosto de 1824.- Mi apreciado amigo.- No es V.
capaz de desear con tanto interés como yo el término de la guerra en
que nada más se ha hecho que tenerme a la defensiva. Si, basta de
desgracias, basta de sangre: pero que estas miras pacíficas estén de
acuerdo con los principios de la justicia. Quedando yo a mandar
todas estas provincias, por lo demás estoy muy dispuesto a concluir
nuestras desavenencias. Yo jamás olvidaré los deberes de español,
defenderé el territorio de la invasión de Colombia, mezclaré con
ustedes la última gota de sangre en servicio del rey y contribuiré con
los auxilios pecuniarios que estén a mis alcances para socorrer al
ejército del norte. Siendo estas las bases de nuestra negociación,
estoy dispuesto a transigir amistuosamente. Abusando el general
Carratalá de las precauciones que yo tomé sobre su seguridad, a
pesar de ser segunda vez prisionero, ha fugado. Esto es lo mismo
que si hubiese recibido su libertad. Así es que espero tenga usted
por hecho el canje el coronel Marquiegui, avisándome oficialmente su
resolución para doblar en lo sucesivo mis medidas y agregando al
coronel Valdez para equilibrar el canje.- Nada influye en mis
invariables resoluciones y el deseo de cumplir mis deberes el estado
de los señores Pezuela y Ramírez: en esta virtud vea lo que resuelve
y mande a su seguro servidor Q. B. S. M.- PEDRO ANTONIO DE
OLAÑETA.- Señor Mariscal de Campo D. JERÓNIMO VALDEZ.
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Cuartel general en Cochabamba y diciembre 22 de 1824.- Señor
general D. José Antonio Sucre, jefe del ejército Unido.- Señor
general.- Por conducto de D. Valerio Arrisueño he recibido el
duplicado de la comunicación de V. S., fecha 14 de octubre en
Mamara, y con ella la nota que me incluye del Exmo. Sr. Bolívar.- A
mediados de septiembre ya mis tropas guarnecían la ciudad de la
Paz, y si hasta ahora no he podido arrimar todas ellas hacia el
Desaguadero ha sido por motivos urgentísimos. El general Valdés
minó aun las más remotas plazas de estas provincias, diseminó sus
agentes por todas partes para sostener la Constitución ó su soñado
imperio. Sucesivamente he tenido que contener los levantamientos
que en su favor hicieron la frontera de Charcas, Mojos, Chiquitos, y
últimamente la Paz. Lanza mismo, después de haberse puesto a mis
órdenes desde el 20 de junio, seducido por Valdés, ha entretenido
una buena parte de mi ejército con diferencias que por fin hemos
tranzado.- Felizmente todo se ha pacificado: ya no tengo atenciones
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