GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia

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altoperuanos, con grandes recursos para llevarla adelante, pudo
desbaratar los planes estratégicos del inteligente y valeroso general
Valdez, y a pesar de que este hizo marchas que hoy parecen
imposibles, nada pudieron contra los ágiles infantes y los diestros
jinetes altoperuanos que tan pronto aparecían a la vista del ejercito
del virrey como a su retaguardia; lo acometían, lo amagaban, lo
fatigaban, desapareciendo luego como desaparece una bandada de
aves en el espacio.
No podía destacar Valdez una partida de su ejercito que no fuese
sorprendida aprisionada; este género de guerra y la de talones
acabaron por desesperarlo y cuando después de la acción de Junín
lo llamó el general La Serna, regresó al Cuzco con su ejército
destrozado y con pérdida de jefes tan notables como el brigadier
Ameller, que murió en La Lava y el general La Hera que gravemente
herido, no pudo ya incorporarse al ejército real.
Si Olañeta auxilia al virrey con sus 4,000 soldados de vanguardia
unidos a los 5,000 de la división Valdez, creernos que nada hubieran
podido los esfuerzos del general Sucre contra tan formidables
enemigos. Tal vez no se hubiese aventurado a librar la batalla de
Ayacucho, por que el poder de las armas españolas hubiese sido
incontrolable entonces habría retardado más la hora de la libertad.
La rebelión del general Olañeta es en nuestro juicio la causa
principal tic la pérdida del poder hispano en el Perú; esa revolución
dió aliento a los libertadores y aterró a los opresores. Por eso es que
a raíz de la victoria de Junín, decía el general Bolívar en una
proclama a los peruanos desde su cuartel general de Huancayo:
“PERUANOS:- La campaña que debe completar vuestra libertad
ha empezado bajo los auspicios más favorables. El ejército del
general Canterac ha recibido en Junín un golpe mortal habiendo
perdido por consecuencia de este suceso un tercio de su fuerza y
toda su moral. Los españoles huyen despavoridos abandonando las
más fértiles provincias, mientras el general Olañeta ocupe el alto
Perú con un ejército verdaderamente patriota y protector de la
libertad.
PERUANOS:- Dos grandes enemigos acosan a los opresores del
Perú, el ejército unido, y el ejército del bravo Olañeta, que
desesperado de tanta tiranía española ha sacudido el yugo y
combate con el mayor denuedo a los enemigos de la América y a los
propios suyos. El general Olañeta y sus ilustres compañeros son
dignos de gratitud de América, y yo los considero como
eminentemente beneméritos y acreedores a las mayores
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