GUERRA DOMESTICA - Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia
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ARCHIVO Y BIBLIOTECA NACIONALES DE BOLIVIA<br />
refrenando su caballo se encaró a los soldados enemigos,<br />
proclamándolos lleno <strong>de</strong> elocuente brío; los llamó al or<strong>de</strong>n,<br />
haciéndoles ver lo que perdía el país y la sacrosanta causa <strong>de</strong>l rey,<br />
con esta rebelión inmotivada e incomprensible. La compañía que<br />
hizo alto, así como 25 jinetes que cubrían la retaguardia <strong>de</strong>l batallón,<br />
se impresionaron con la elocuencia y persuasión con que les hablaba<br />
su valiente y antiguo general, tan querido y prestigiado en todo el<br />
ejército real <strong>de</strong>l Perú, tan lo, que logró seducirlos e iba tal vez a<br />
conseguir su intento, cuando Barbarucho, advertido <strong>de</strong> lo que<br />
sucedía, retrocedió furioso, llevando consigo una compañía <strong>de</strong><br />
grana<strong>de</strong>ros y afrontándose al general mandó hacer fuego. Sonó la<br />
<strong>de</strong>scarga y cayó muerto el caballo <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>z y los <strong>de</strong> sus ayudantes,<br />
quedando heridos dos <strong>de</strong> los lanceros.<br />
Se supone que esta <strong>de</strong>scarga a quemarropa, que equivalía a<br />
fusilar al general, fué dada con puntería muy baja ya sea porque así<br />
lo dispuso la suerte, o porque los soldados apuntaron solo al caballo<br />
<strong>de</strong> Val<strong>de</strong>z, porque, como hemos dicho, era el jefe más querido y<br />
popular en el ejército y los soldados repugnaron fusilarlo. Lo cierto es<br />
que Val<strong>de</strong>z dió media vuelta y corrió a refugiarse entre los suyos,<br />
cuando ya venía a toda carrera en su auxilio un escuadrón <strong>de</strong><br />
caballería que estaba cerca <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong>l suceso. Al ver esto el<br />
Barbarucho se replegó sobre los montículos más altos situados a la<br />
falda <strong>de</strong> un elevado cerro. Como los seguía amagando la caballería,<br />
mandó formar cuadros, movimiento ejecutado con la maravillosa<br />
presición con que maniobraba aquel aguerrido cuerpo.<br />
En esto llegaron los geromas tendidos en guerrilla, pretendiendo<br />
flanquear a los <strong>de</strong> la Unión, los que también <strong>de</strong>splegando sus<br />
tiradores con extraordinaria rapi<strong>de</strong>z y serenidad, burlaron los<br />
movimientos <strong>de</strong> sus numerosos contrarios; tan pronto amagaban la<br />
<strong>de</strong>recha como se replegaban sobre la izquierda, formaban grupos si<br />
los hostigaba la caballería, y sin <strong>de</strong>jarse envolver no perdían terreno,<br />
sino cuando les convenía tomar la altura que los protegía contra los<br />
múltiples escuadrones <strong>de</strong> caballería enemigos. Así escaramucearon<br />
hasta la tar<strong>de</strong>, que fué muy corta, por lo avanzado <strong>de</strong> la estación<br />
invernal, a lo que sin duda <strong>de</strong>bieron su salvación ese día.<br />
El batallón “Unión” se cubrió <strong>de</strong> gloria, por que él solo presentó y<br />
sostuvo larga batalla, contra todo un ejército empeñado en<br />
<strong>de</strong>strozara. La noche lóbrega <strong>de</strong> invierno se paró a los combatientes.<br />
Pronto brillaron las fogatas al pie <strong>de</strong>l elevado cerro que protegía la<br />
retaguardia <strong>de</strong> aquel terrible cuerpo: no muy lejos <strong>de</strong> él acamparon<br />
los <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong> Val<strong>de</strong>z quien no los perdía <strong>de</strong> vista, por que se<br />
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