Cómo sobrevivir a la SGAE por Arturo Quirantes - En Cieza Digital
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Herramientas legales<br />
ante los tribunales, se encuentran con dos grandes escollos. Para empezar,<br />
es algo malo para los negocios. Meter en <strong>la</strong> cárcel, o amenazar con perseguir<br />
judicialmente, a <strong>la</strong> gente que te compra canciones o pelícu<strong>la</strong>s es<br />
contraproducente, ya que no sólo decae el negocio sino que se crea una<br />
reacción adversa de <strong>la</strong> opinión pública.<br />
<strong>En</strong> segundo lugar, no existen cárceles suficientes, <strong>por</strong> no hab<strong>la</strong>r de<br />
jueces, abogados o sa<strong>la</strong>s para juicios, para todos los pendejos electrónicos<br />
que pulu<strong>la</strong>n <strong>por</strong> España. Habría que paralizar todas <strong>la</strong>s investigaciones sobre<br />
escándalos urbanísticos y sacar a los constructores de <strong>la</strong> cárcel, con el doble<br />
objetivo de a) hacer sitio en <strong>la</strong>s prisiones, y b) construir más cárceles. Con un<br />
poco de suerte, podríamos revitalizar el negocio y acabar con <strong>la</strong><br />
“desaceleración económica.” C<strong>la</strong>ro que lo mismo les da <strong>por</strong> imponer un canon<br />
al cemento, con el argumento de que casi todos somos piratas y hay que pagar<br />
esas prisiones de alguna forma.<br />
Bromas aparte, realizar campañas judiciales masivas sería, entre otras<br />
cosas, poco eficaz en España, donde <strong>la</strong>s leyes son re<strong>la</strong>tivamente benignas<br />
para los piratas, digo para los vio<strong>la</strong>dores de derechos de autor. Hay otros<br />
países en donde lo tendríamos bastante peor, como Estados Unidos, donde<br />
<strong>la</strong>s discográficas no se recatan en llevar a juicio a una persona aunque tenga<br />
noventa y dos años o esté muerta -se han dado casos- y rec<strong>la</strong>marle miles de<br />
dó<strong>la</strong>res <strong>por</strong> cada canción que se haya reproducido sin permiso.<br />
Aquí no llegamos a tanto, para nuestra ventaja, pero el hecho es que<br />
están usando todo tipo de procedimientos en <strong>la</strong> medida de lo posible. Cada ley<br />
que aparece, <strong>la</strong> industria intenta cambiar<strong>la</strong> para barrer para casa en lo posible.<br />
La Ley de Propiedad Intelectual es un ejemplo. Otro es <strong>la</strong> LISI (Ley de Impulso<br />
a <strong>la</strong> Sociedad de <strong>la</strong> Información), donde <strong>la</strong>s entidades gestoras de derechos<br />
pusieron toda <strong>la</strong> carne en el asador para conseguir que <strong>la</strong> ley les otorgue el<br />
estatus de “autoridad competente,” con lo que tendrían mano libre para actuar<br />
de censores en Internet sin necesidad de jueces ni fiscales.<br />
Mientras tanto, siguen presionando para que el p2p sea dec<strong>la</strong>rada una<br />
actividad ilícita. Hacen campaña para conseguir que <strong>la</strong> descarga no autorizada<br />
de material sometido a copyright sea considerado un ilícito penal, lo que<br />
justificaría <strong>la</strong> adopción de medidas de persecución fuertes (como el pinchado<br />
de comunicaciones), y están entusiasmados <strong>por</strong> el “modelo Sarkozy” de<br />
castigo a los infractores (descarga y te cortan <strong>la</strong> conexión a Internet). Hasta<br />
ahora no lo han conseguido. Pero esa gente tiene tanta imaginación como<br />
pocas ganas de abandonar un esquema de negocio que les re<strong>por</strong>ta grandes<br />
beneficios.<br />
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