Cómo sobrevivir a la SGAE por Arturo Quirantes - En Cieza Digital
Cómo sobrevivir a la SGAE por Arturo Quirantes - En Cieza Digital
Cómo sobrevivir a la SGAE por Arturo Quirantes - En Cieza Digital
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
56 <strong>Arturo</strong> <strong>Quirantes</strong> Sierra – <strong>Cómo</strong> <strong>sobrevivir</strong> a <strong>la</strong> <strong>SGAE</strong><br />
Los tres ingredientes que hemos mencionado aquí (desinformación,<br />
propaganda y miedo) forman un poderoso tridente con el que golpear a <strong>la</strong><br />
sociedad y someter<strong>la</strong> a los deseos de quien lo usa. <strong>En</strong> Estados Unidos se<br />
conoce con el nombre de FUD, que son <strong>la</strong>s sig<strong>la</strong>s de ”temor, incertidumbre y<br />
duda” (Fear, Uncertaintly, Doubt). Es un multiplicador de fuerzas que, si lo<br />
piensa usted bien, reconocerá como algo familiar, ya que lo han usado a lo<br />
<strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong> Historia prácticamente todos los dictadores y, en general, todas <strong>la</strong>s<br />
personas que quieren imponer sus ideas sobre otro grupo de personas.<br />
Creamos información falsa para que <strong>la</strong> gente no conozca <strong>la</strong> verdad, usamos<br />
propaganda para que <strong>la</strong> gente se crea lo que nosotros queremos, creamos<br />
miedo para que nos obedezcan. O sea, que eso de meter a los diez millones<br />
de internautas en <strong>la</strong> cárcel (o los 95.000 internautas del señor Ribas) no es lo<br />
se pretenden, evidentemente. Se trata simplemente de amenazar con meter a<br />
algunos en <strong>la</strong> cárcel, sembrar miedo, y que los otros diez millones se digan a sí<br />
mismos “vale, vamos a ser buenos”. Y que nos p<strong>la</strong>nteemos continuamente<br />
qué vamos a hacer en nuestras páginas web, qué vamos a decir, qué vamos a<br />
cal<strong>la</strong>r … hacer que cambiemos nosotros nuestra propia actitud y nos<br />
autocensuremos. El sueño de todo dictador.