94 <strong>Arturo</strong> <strong>Quirantes</strong> Sierra – <strong>Cómo</strong> <strong>sobrevivir</strong> a <strong>la</strong> <strong>SGAE</strong>
Correr El <strong>la</strong> mieod voz. Pásalo CONCLUSIÓN Y ROMPAN FILAS ¡Vamos, micos! ¿Acaso queréis vivir eternamente? (Arenga de un sargento a su pelotón, 1918) Al final, ¿a qué nos conduce todo esto? Pues ni más ni menos que a contrarrestar <strong>la</strong> propaganda del temor, del miedo, <strong>la</strong> incertidumbre y <strong>la</strong> duda. Como siempre que aparece que el FUD, el camino será <strong>la</strong>rgo, arduo y p<strong>la</strong>gado de sinsabores. Veremos el miedo en <strong>la</strong>s caras de mucha gente, <strong>por</strong> más que lo l<strong>la</strong>men de otra forma: precaución, indolencia, desinterés, ganas de no meterse en líos. Oiremos muchos comentarios de gente que teme comprometerse <strong>por</strong> un <strong>por</strong> si acaso. Nos encontraremos con los <strong>por</strong> si acaso tras cada esquina. Por si acaso, quitaré este comentario; <strong>por</strong> si acaso, voy a dejar de descargarme cosas una tem<strong>por</strong>ada; <strong>por</strong> si acaso, yo no he dicho nada contra <strong>la</strong> <strong>SGAE</strong>; <strong>por</strong> si acaso, no me opondré al canon, total, son unos centimillos. Es una reacción lógica. Es humano. Las personas, como todos los seres vivos, tendemos a <strong>la</strong> ley del mínimo esfuerzo, a quitarnos problemas de encima, y dejamos que <strong>la</strong>s injusticias campen a sus anchas con tal de no complicarlos <strong>la</strong> vida. Mejor una ma<strong>la</strong> paz que una buena guerra, dicen. Hay mucha gente que piensa ”no me trae cuenta el tiempo y el esfuerzo que voy a dedicar, prefiero quitarme de en medio y esquivar el embo<strong>la</strong>do.” El problema es que, intentando esquivar el embo<strong>la</strong>do de esa forma, estamos llegando al punto de <strong>la</strong> autocensura. Nos estamos haciendo a nosotros lo que a cualquier dictador no le permitimos. <strong>En</strong> otros tiempos, <strong>por</strong> lo menos había dictadura, y estaba c<strong>la</strong>ro que era una dictadura, nadie se engañaba al respecto. Nuestros mayores sabían que había censura, y sabían que no se podía hab<strong>la</strong>r de esto, de eso y de lo otro. Ahora creemos que podemos hab<strong>la</strong>r de todo, creemos que somos libres, pero resulta que hay muchos temas que están censurados de facto. Hay muchas cosas de <strong>la</strong>s que no se puede hab<strong>la</strong>r so penan de que te apliquen <strong>la</strong> legis<strong>la</strong>ción vigente. Y el propósito definitivo de toda censura es hacer que sea innecesaria, hacer que <strong>la</strong> propia gente se controle; que no se p<strong>la</strong>ntee problema <strong>por</strong>que todo el mundo se hace una censura mental previa y se dice “de esto mejor no hablo.” No queremos ejercer nuestros derechos, es más fácil ser bueno, no meterse en líos y vivir tranqui<strong>la</strong>mente. <strong>En</strong> ese momento, los malos ya han ganado. Pero no debemos tener miedo. Repito, no debemos tener miedo. No hemos hecho nada malo. Tiene usted permiso para tener miedo si se salta un semáforo y le graba <strong>la</strong> guardia urbana, <strong>por</strong>que le van a meter una multa y eso 95