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El espacio: De Euclídes a Einstein Roy McWeeny

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Antes de nada, supongamos que nuestros relojes y reglas de medir son perfectos.<br />

Esto significa que si dos longitudes son iguales, entonces se mantendrán<br />

iguales en cualquier instante (éste es el motivo por el decimos “perfecto”,<br />

ya que una regla real puede doblarse o romperse). Igualmente, cuando dos<br />

relojes perfectos muestran tiempos iguales estando en el origen de un sistema<br />

de referencia, también lo harán si se encuentran en otro sistema de referencia<br />

diferente. Esto es lo único que necesitamos siempre que hablemos en términos<br />

cinemáticos (es decir, cuando no tenemos en cuenta objetos reales, los cuales<br />

poseen masa y están afectados por la ‘gravedad’, que veremos en el libro 4).<br />

Supongamos que estamos en un tren, esperando en una estación a que unos<br />

pasajeros entren y otros se bajen, y que otro tren pasa. Cada tren es un<br />

sistema de referencia, como los de la Fig. 25. <strong>De</strong>sde la ventana vemos a la<br />

gente del otro tren que hace las cosas habituales (leer el periódico, caminar<br />

a lo largo del vagón, beber té, etc.). Tal vez, por un momento, uno puede<br />

preguntarse: ¿qué tren está moviéndose? <strong>El</strong> otro tren se mueve con una velocidad<br />

v relativa al nuestro, pero todo permanece como si no se estuviese<br />

moviendo. <strong>De</strong> hecho, todo movimiento es relativo. Nuestro tren puede no estar<br />

moviéndose en relación a la estación —aunque sí que lo está haciendo<br />

(junto con la estación entera, la ciudad o la propia Tierra) en relación al sol<br />

y las estrellas. Únicamente sentimos el movimiento relativo cuando éste cambia.<br />

Si el tren para de forma repentina, seguro que lo sentiremos (si estamos<br />

de pie lo más seguro es que nos caigamos). Por otra parte, la gente que va en<br />

el otro tren no notará que se están moviendo a una velocidad v en relación<br />

a nosotros a menos que v cambie. Si les vemos caer o verter su té, sabremos<br />

que el maquinista ha frenado y el tren está parando. Por tanto, hay algo<br />

importante relacionado con la velocidad relativa cuando ésta es constante:<br />

observadores de dos sistemas de referencia, que se mueven con una velocidad<br />

relativa constante, ven que las cosas suceden exactamente de la misma<br />

forma. Albert <strong>Einstein</strong> (1879-1955) fue el primero que se dio cuenta de la<br />

gran importancia de este hecho (para la Física, en general), llevándolo a la<br />

categoría de axioma con el siguiente enunciado:<br />

Las leyes de la física son exactamente las mismas en dos sistemas<br />

de referencia en movimiento relativo uniforme (lo que significa<br />

moverse en relación al otro a una velocidad constante sobre una<br />

línea recta).<br />

<strong>De</strong>nominaremos este enunciado principio de la relatividad especial de <strong>Einstein</strong><br />

—“especial” en el sentido de que los objetos con una masa y sujetos<br />

a la acción de la gravedad (la fuerza que hace que las cosas se caigan al<br />

suelo) no se incluyen dentro de esta teoría. Las ideas de relatividad gene-<br />

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