22.11.2012 Views

Caith Danser - El Laberinto De Hermes

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

EL LABERINTO DE HERMES<br />

—¿<strong>De</strong>jarás que te dispare? Yo tenía razón, <strong>Danser</strong>, estás completamente<br />

loco. Te matará ti y luego me disparará a mí.<br />

—Así es, va a dispararme con una de sus flechas, pero no podrá<br />

hacerte nada a ti. Le tomará unos tres segundos cargar nuevamente<br />

su arco —repuse, recordando el último tiro de Michael.<br />

Sólo esperaba estar en lo cierto esta vez.<br />

—<strong>De</strong> acuerdo, al parecer no nos queda otra opción. Tú sólo<br />

avísame cuándo deba correr —accedió ella finalmente, esperando<br />

a que todo saliera a la perfección. Cargué una vez más el total<br />

de mi confianza personal y, abrazándola intensamente, escapé<br />

hacia esa apartada columna.<br />

—¡Allí estás, muchacho! —gritó Michael de pronto, soltando<br />

finalmente sus dedos de la cuerda tensada. La flecha cruzaba el<br />

salón a toda prisa, mientras yo me arrojaba improvisadamente al<br />

suelo para esquivarla.<br />

—¡¡¡Corre Leslie!!! —bramé con todas mis fuerzas, tomándola<br />

de la mano y alcanzando finalmente nuestro nuevo escondrijo.<br />

—¡Maldita seas, <strong>Danser</strong>! Nadie esquiva mis flechas ¿me oyes?<br />

Ni tú ni tu amiga —se quejaba encrespado, cruzando hacia la<br />

siguiente de las plataformas.<br />

—¡Ay! ¿Ves lo que has hecho, <strong>Danser</strong>? Ahora sí que lo has<br />

cabreado. Buscará un mejor ángulo de tiro y nos matará sin piedad<br />

alguna —Leslie comenzó a llorar desconsolada. Sus temblores<br />

se mezclaban con los míos mientras yo rezaba por que mis<br />

planes tuvieran resultado.<br />

—¡Ya no tienen escapatoria, muchachos! —volvió a gritar Michael,<br />

acercándose poco a poco a su última oportunidad de tiro:<br />

Aquella plataforma desde la cual sus flechas jamás fallarían; un<br />

disparo ciertamente perfecto.<br />

—¿Confías en mí, Leslie? —le susurré al oído, descargando<br />

de mi rostro una delicada sonrisa.<br />

—Pues, ¿me queda alguna otra opción? —musitó ella, encerrándome<br />

sutilmente entre sus brazos. La muchacha percibía que<br />

su muerte se acercaba; para nuestra fortuna, se equivocaba.<br />

—¡Ahora sí los tengo en la mira! Bienvenidos a mi lista de<br />

cadáveres, jovencitos —concluyó Michael con una molesta carcajada,<br />

alcanzando finalmente la última de las plataformas. Los<br />

150

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!