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Caith Danser - El Laberinto De Hermes

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EL ZOOLÓGICO DE CRISTAL<br />

desmayarme justo allí entre el público. Observé nuevamente a<br />

Leslie con otros ojos; una visión completamente inédita que jamás<br />

había sentido en mi vida. La observaba allí sentada, acorde a<br />

su guión y a sus líneas sosteniendo su pequeña cajita, mientras<br />

mi cuerpo se conectaba a su imagen de la forma más mágica posible.<br />

Aquella singularidad con la que pasaba tan inadvertida<br />

por mi vida, comenzaba finalmente a desaparecer. <strong>El</strong> total de espectadores<br />

se esfumaba ante mis ojos convirtiendo a aquella chica<br />

en un punto de concentración solitario del cual no lograba escapar.<br />

—¿Qué diablos me ocurre? Creo que estoy enamorado —<br />

exclamé para mis adentros, parpadeando un par de veces para<br />

reaccionar. <strong>El</strong> salón se encontraba atestado de jóvenes hermosas,<br />

¿por qué ella? ¿Por qué me enamoraría de Leslie, una chica cuya<br />

belleza no era una de sus mayores virtudes? Jamás me había sentido<br />

así observando a Julia, cuya atención era aun más intensa.<br />

¿Qué había en Leslie tan especial capaz de crear en mis sentimientos<br />

semejante excepción? Lo que fuera que había encontrado<br />

en ella, parecía estar más allá de mi entendimiento.<br />

La obra continuaba su curso mientras el público se divertía criticando<br />

la evidente inexperiencia de los actores.<br />

—Discúlpame, ¿sabrías decirme cuál es el nombre de la obra?<br />

—le pregunté a un muchacho sentado junto a mí: Parecía entender<br />

más que yo de qué trataba la función.<br />

—Oh, claro. Se llama “<strong>El</strong> zoológico de cristal”, aunque los<br />

animales que lleva la chica en esa pequeña caja parecen estar<br />

hechos de plástico y no del material que insinúan en el guión.<br />

<strong>De</strong>bo decir que he visto mejores versiones —opinaba el muchacho.<br />

Yo continué disfrutando de la obra y de aquel nuevo paisaje<br />

mujeril que acababa de descubrir frente a mis ojos.<br />

¤ ¤ ¤<br />

Recibíamos aquel día nuestra segunda clase con Sophia. Nos<br />

sentamos en los bancos tal cómo la vez pasada y sacamos cada<br />

uno su carpeta para tomar cualquier apunte.<br />

—Escuchen chicos, hoy los dividiré en distintos grupos. Les<br />

daré unos ejercicios de ortografía. No se preocupen, podrán<br />

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