22.11.2012 Views

Caith Danser - El Laberinto De Hermes

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

LA RECONCILIACIÓN<br />

de ataque aéreo. Así fue como llamó a mi puerta en aquel intenso<br />

momento de desesperación; mientras las bombas y cohetes continuaban<br />

cayendo por toda la ciudad.<br />

—¡Hey, Sebastián! Es bueno verte. Pasa nomás, esta es tu casa,<br />

como siempre digo.<br />

Nos dimos aquel fuerte apretón de manos que siempre nos identificaba<br />

y lo invité a pasar a mi cuarto. Le encantaba ver las maravillas<br />

que creaba yo en mi ordenador. Los dibujos, los programas,<br />

los videos artísticos que diseñábamos y planeábamos juntos<br />

cuando no encontrábamos otra cosa que hacer. Nos sentamos en<br />

mi cuarto a disfrutar de un buen rato de amigos, ignorando lo<br />

que afuera continuaba transcurriendo. Repentinamente, el sonido<br />

de una inmensa explosión logró atravesar las ventanas de mi<br />

cuarto. Se suponía que eran altamente herméticas, y aun así, alcanzamos<br />

a sentir aquella vibración tan significativa. <strong>El</strong> cohete<br />

había logrado su objetivo a pocos metros de mi casa. <strong>El</strong> temblor<br />

y el estruendo consiguieron penetrar nuestra barrera emocional,<br />

sometiéndonos a una gran sensación de miedo e impotencia.<br />

Arrojándonos rápidamente al suelo, esperamos un par de segundos<br />

para determinar alguna táctica y abandonar finalmente<br />

mi cuarto. Corrimos hacia la puerta de entrada y, asegurándonos<br />

de cerrar con llave, cruzamos la calle que nos separaba para alcanzar<br />

a salvo el refugio en su casa. Nos esperaban allí sus padres,<br />

preocupados por la misma explosión que acabábamos de<br />

oír minutos antes. «Cuando te vuelves protagonista del caos, la<br />

historia es ciertamente distinta», pensé de pronto. Su madre, Esmeralda,<br />

le agregaba a la situación aquel sentido del humor tan<br />

grotesco que balanceaba poco a poco nuestros miedos. Convertía<br />

las circunstancias en una simple broma en la que el pánico se<br />

transformaba en ocurrentes risas sin sentido. Una de esas tontas<br />

defensas psicológicas, pero efectiva. ¿Será realmente una buena<br />

idea ignorar los malos momentos? ¿Cómo es que lograba Esmeralda<br />

encontrar humor en instantes como aquel? Quizá allí estaba<br />

mi respuesta. Logré entenderlo, definirlo con plena astucia.<br />

Comprendí que no existe ni el bien y el mal sino la interpretación<br />

a la que nos aferramos. Un hecho es simplemente un hecho, sea<br />

cual sea su resultado. Está en nosotros ver la luz o la oscuridad,<br />

411

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!