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Caith Danser - El Laberinto De Hermes

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EL LABERINTO DE HERMES<br />

—Pues, no por ahora. Preferiría estar sola —remató ella, dándole<br />

a mis dudas una merecida respuesta.<br />

—<strong>De</strong> acuerdo, no hay problema. Necesitaba al menos preguntártelo<br />

—concluí yo para luego despedirme. Con el tiempo<br />

conocería cientos de muchachas parecidas a ella; incluso de su<br />

misma edad. Aquel pequeño rechazo no era más que uno de los<br />

tantos que recibiría en mi vida. Supuse que algún día encontraría<br />

a la chica adecuada. Aún era muy pronto para ello.<br />

Al día siguiente volví a verla; no como en la discoteca, claro,<br />

pero ciertamente bella. Sophia esperaba en el hall principal de la<br />

escuela a que todos fuéramos llegando. William molestaba a los<br />

alumnos que intentaban cruzar por el patio mientras Arbin y<br />

Gordon indagaban sobre la fiesta de ese último viernes. <strong>El</strong> resto<br />

de nuestros compañeros deambulaban por el pasillo observando<br />

fotos en los murales. Allí llegó finalmente Leslie con su camiseta<br />

escolar. Comenzó a saludar a uno por uno hasta llegar inevitablemente<br />

a aquel muchacho que soñaba con darle su primer beso.<br />

Su saludo fue claramente presuntuoso sólo que, a diferencia<br />

del resto, se volteó nuevamente hacia mí.<br />

—¿Todo bien? —agregó, intentando remediar de alguna forma<br />

el rechazo del día anterior.<br />

—¡Claro! —le sonreí, y regresé la vista una vez más hacia Arbin<br />

y Gordon.<br />

Evité abrumarla demasiado con mi presencia. Sospechaba que<br />

acabaría algún día olvidando esa inesperada confesión que le<br />

había hecho. Sólo era una chica más del montón, ¿qué podría ser<br />

tan grave? Pronto encontraría a mi alma gemela; sabía que algún<br />

día lo haría.<br />

Caía previstamente, aquel 9 de Diciembre de 2004, mi gran<br />

oportunidad de mostrarme musicalmente ante el público. Uno<br />

de los grandes pianistas de la ciudad de Harainay organizaba un<br />

atractivo concierto para todos aquellos que supieran gozar de la<br />

buena música. Así fue como aquel hombre, mediante algunos de<br />

sus infaltables contactos sociales, me ofreció participar de su<br />

evento aportando dos de mis mejores canciones.<br />

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