22.11.2012 Views

Caith Danser - El Laberinto De Hermes

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EL LABERINTO DE HERMES<br />

adelante y salté finalmente hacia la última de las barras, alcanzando<br />

a atajarme con sólo una mano.<br />

—¡Ay dios! ¡Sujétate bien! —se exasperaba ella, mientras yo<br />

recuperaba lentamente el control de mi brazo derecho.<br />

—¿Estás bien, <strong>Danser</strong>?<br />

—Sí, por poco y no llego a alcanzarla. Mi brazo se ha debilitado<br />

por la herida —le grité, saltando rápidamente hacia la palanca<br />

que allí yacía frente a mis ojos. Me posicioné sigilosamente<br />

frente a ella y comencé a inspeccionar el extraño mecanismo.<br />

—¡Ya jálala de una vez! —se escuchaba una voz femenina<br />

desde las vastas profundidades. Allí observé a mis espaldas una<br />

vieja cuerda pendiendo de unas cuantas algas secas en el oscuro<br />

cielorraso.<br />

—¿Qué estás esperando, <strong>Danser</strong>? Ya jala de la palanca —<br />

Leslie continuaba gritando desesperada. Observé nuevamente el<br />

inmenso abismo a mi alrededor y, cerrando levemente mis ojos,<br />

accioné finalmente el mecanismo. <strong>El</strong> suelo a mis pies comenzó a<br />

desarmarse rápidamente mientras yo acometía un violento salto<br />

hacia la cuerda de atrás. Las lianas se desprendieron del techo,<br />

soltando la parte restante de la soga para que pudiera descender<br />

a la parte inferior del santuario.<br />

—¡Siiiii! ¡Lo has conseguido, <strong>Danser</strong>! ¡Te amo, te amo! Baja ya<br />

de una vez —se exaltaba a gritos, mientras yo bajaba esos largos<br />

cincuenta metros deslizándome con cuidado por la cuerda.<br />

—Tú sigue festejando, muchachita. No sé si has notado que<br />

casi desciendo de un golpe. <strong>El</strong> suelo se desarmó tan pronto jalé<br />

de la palanca, tuve suerte de saltar hacia esta bendita cuerda —<br />

exclamé agitado, pisando finalmente tierra firme. La puerta acababa<br />

de abrirse. Leslie saltó y me abrazó con fuerzas. Nos observamos<br />

durante unos pocos segundos e interrumpimos nuestro<br />

dulce cruce de miradas al notar que la puerta comenzaba a cerrarse<br />

de nuevo.<br />

—¡Maldita sea! Apresúrate. No pienso subir de nuevo hasta<br />

allí arriba —exclamé exasperado, corriendo a toda velocidad<br />

hacia la próxima sala. Cruzamos finalmente la puerta allegándonos<br />

así a un pequeño pasillo repleto de imágenes y símbolos extraños.<br />

76

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!