12.07.2015 Views

Leer-la-tienda-de-muñecos-y-otros-textos

Leer-la-tienda-de-muñecos-y-otros-textos

Leer-la-tienda-de-muñecos-y-otros-textos

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l armario. Tampoco apareció en <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más habitaciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>casa. Notando, sorprendida, mis idas y venidas, me preguntó mi mujerqué cosa había perdido.—Pue<strong>de</strong>s estar segura <strong>de</strong> que no es el cerebro –le dije. Y añadí hipócritamente:—He perdido el sombrero.—Hace poco saliste, y lo llevabas. ¿No me dijiste que ibas a no séqué periódico a poner un anuncio que querías publicar? No sé cómo hasvuelto tan pronto.Lo que <strong>de</strong>cía mi mujer era muy singu<strong>la</strong>r. ¿Adón<strong>de</strong>, pues, se había dirigidomi alter ego? Dominado por <strong>la</strong> inquietud, me eché a <strong>la</strong> calle en subusca o seguimiento. A poco noté –o creí notar– que algunos transeúntesme miraban con fijeza, cuchicheaban, sonreían o guiñaban el ojo. Esto mehizo apresurar el paso y casi correr; pero a poco andar me salió al encuentroun policía, el cual, echándome mano con precaución, como si fuera yoalgún sujeto peligroso o difícil <strong>de</strong> pren<strong>de</strong>r, me anunció que estaba arrestado.Viéndome fuertemente asido, no me cupo <strong>de</strong> ello <strong>la</strong> menor duda.De nada sirvieron mis protestas ni <strong>la</strong>s <strong>de</strong> muchos circunstantes. Fui conducidoal cuartel <strong>de</strong> policía, don<strong>de</strong> se me acusó <strong>de</strong> pen<strong>de</strong>nciero, escandalosoy borracho, y, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> valerme <strong>de</strong> miserables y cobar<strong>de</strong>s subterfugios,habilida<strong>de</strong>s, mañas y mistificaciones para no pagar ciertas <strong>de</strong>udas<strong>de</strong> café, <strong>de</strong> vehículos <strong>de</strong> carrera, <strong>de</strong> menudas compras. ¡Lo juro por mihonor! Nada sabía yo <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s <strong>de</strong>udas, ni nunca había oído hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong>el<strong>la</strong>s, ni siquiera conocía <strong>la</strong>s personas o los sitios –¡y qué sitios!– en don<strong>de</strong>se me acusaba <strong>de</strong> haber escandalizado. No pu<strong>de</strong> menos, sin embargo, <strong>de</strong>resignarme a balbucir excusas, explicaciones: me faltó valor para confesar<strong>la</strong> vergonzosa fuga <strong>de</strong> mi alter ego, que era sin duda el verda<strong>de</strong>ro culpabley autor <strong>de</strong> tales supercherías, y pedir su <strong>de</strong>tención. Humil<strong>la</strong>do, prometíenmendarme. Fui puesto en libertad, y a<strong>la</strong>rmado, no ya tanto por <strong>la</strong><strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> mi alter ego como por <strong>la</strong>s <strong>de</strong>shonrosas complicacionesque su conducta comenzaba a hacer recaer sobre mí, me dirigí rápidamentea <strong>la</strong> oficina <strong>de</strong>l periódico <strong>de</strong> mayor circu<strong>la</strong>ción que había en <strong>la</strong> localidad,con <strong>la</strong> intención <strong>de</strong> insertar en seguida un anuncio advirtiendo que,en a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, no reconocería más <strong>de</strong>udas que <strong>la</strong>s que yo mismo hubieraLA TIENDA DE MUÑECOS Y OTROS TEXTOS62

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!