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SÍ, NO; NO, SÍ…CUANDO Merche o Carmen Lour<strong>de</strong>s contestan a ciertas l<strong>la</strong>madas quereciben por teléfono, si se hal<strong>la</strong>n presentes el viejo o <strong>la</strong> vieja, empiezan a<strong>de</strong>cir, respondiendo a lo que oyen por el hilo:—Sí... No... Sí, sí... Sí... No...—De ahí no salen –dice el viejo.—De ahí nadie <strong>la</strong>s saca –dice <strong>la</strong> vieja.—¿Qué es “sí, no; no, sí”? –pregunta el viejo a <strong>la</strong> vieja–. Yo no comprendoqué manera <strong>de</strong> hab<strong>la</strong>r es ésa; no lo comprendo... ¡No, no!—Tú mismo lo estás diciendo: “¡No, no!”. Mira: el<strong>la</strong>s hab<strong>la</strong>n así consus amigos para que nos<strong>otros</strong> no entendamos, pero ¿qué importa?¡Déja<strong>la</strong>s! La verdad es que Doña Carmen sabe todo, o casi todo, porquetodo, o casi todo, se lo cuentan sus hijas. Pero el viejo es algo aparte, estáais<strong>la</strong>do entre el<strong>la</strong>s todas, y como es recalcitrante y duro, han tendido uncordón sanitario en torno suyo, y todo se lo ocultan y disfrazan, y <strong>de</strong> loque pasa en su casa, en <strong>de</strong>rredor, sabe sólo lo que alcanza a penetrar o<strong>de</strong>scubrir por propia cuenta. Se <strong>la</strong> pasa emitiendo dudas y sospechas queacabaron por hacerlo más <strong>de</strong>sagradable aún, y más odioso. Esto, sin contarque es el censor <strong>de</strong> los vestidos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s muchachas, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scotes muybajos o <strong>de</strong> los suéteres muy estrechos; el crítico <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras queemplean (o que se les salen a sus hijas), en sus propios oídos, en <strong>la</strong> mesa,y que él califica <strong>de</strong> “impropias” y <strong>de</strong> “en mi tiempo”... etc.—¡Rinnnnn! ¡Rinnnnn!—¿Ese teléfono otra vez? Ya vas a ver, Carmen Luisa, ya vas a oír...BIBLIOTECA AYACUCHO145

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