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ÍNDICELA TIENDA DE MUÑECOS Y OTROS TEXTOSPRÓLOGO. DOS ETAPAS LITERARIAS Y UN SILENCIOSOINTERVALO, por Oscar Sambrano Urdaneta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .IXCRITERIO DE ESTA EDICIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .XLVIIPRIMEROS CUENTOS (1917-1924)Una visita al infierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3Historia de mi conversión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8Opiniones para después de la muerte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .14LA TIENDA DE MUÑECOS (1927)Carta preliminar, de César Zumeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23Prólogo, de Jesús Semprum . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26La tienda de muñecos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31El cuento ficticio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35El alma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39El cuarto de los duendes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45Narración de las nubes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .48El librero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54La realidad circundante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .58El difunto yo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61BIBLIOTECA AYACUCHO287
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LA TIENDA DE MUÑECOSY OTROS TEXTOS
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© Fundación Biblioteca Ayacucho,
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que ha obtenido en el Ministerio de
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tud en el estado Lara, y las vision
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colorido. Tampoco olvida a personaj
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LA PARENTELA LITERARIAEn Barquisime
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Mallea 13 . De escritores venezolan
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Fernando Paz Castillo. El poeta y e
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que procede a exponer con gran eloc
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cuidado la circunstancia de haberse
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elevado y puro sentimiento de grati
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Aún puede señalarse otra medida d
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des que tuvo de presentar un libro
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hasta la pizca de magister dixit co
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LA TUNA DE OROLos relatos de este v
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tetiza lo más profundo o elevado d
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no, sí”, “La Fe”, “Cita no
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LA MOTOCICLETA SELVÁTICAUnos seis
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de otro de sus mejores cuentos, “
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menes que aparecieron durante su vi
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PRIMEROS CUENTOS(1917-1924)
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a en mí esta creencia, que en dive
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—Vengo de mi trabajo. Un gran baz
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HISTORIA DE MI CONVERSIÓNREALIZADO
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Embargábanme estos consoladores pe
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El Apóstol San Pedro lanzó un pro
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OPINIONES PARA DESPUÉS DE LA MUERT
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verdadera obligación de trabajar.
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LA TIENDA DE MUÑECOS(1927)
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CARTA PRELIMINARQuerido Garmendia:R
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Siempre fue útil, pero rara vez ta
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ni por ambición política, como lo
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oprimidos y los campesinos supersti
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LA TIENDA DE MUÑECOSNO SÉ CUÁNDO
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chando tal vez que habían adquirid
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EL CUENTO FICTICIOHUBO UN TIEMPO en
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haberles inducido a la busca o rebu
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EL ALMAI¿QUÉ VIENE a buscar el Di
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do averiguar con certeza si poseéi
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Potestad. A poco me sentí impulsad
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EL CUARTO DE LOS DUENDESCAYÓ DEL T
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mis manos; me restriego los ojos, p
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embargo, uno de los más dichosos y
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fueron víctimas al punto mis mejor
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nacimiento y la posición social de
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arrastran en las páginas de los li
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so, como atendiendo a una llamada.
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uno de estos aparatos y me admiro d
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EL DIFUNTO YOEXAMINÉ APRESURADAMEN
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contraído. El empleado del periód
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puntos. Guardé bien mi secreto. Di
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esta advertencia para evitar inconv
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LA TUNA DE OROCÓMO PUDE VIVIR tan
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gado el caso; tenía él, a menudo,
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sando del Mercado, acompañada de u
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Si lo que caía era un tenedor, ent
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se claramente), de que oídos innum
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les de solvencia dudosa o por lo me
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ía sido conferido, luego retirado,
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mos y los leyéramos todo el tiempo
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¿Y qué más?... ¡Ah, sí! Olvida
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MANZANITACUANDO LLEGARON las grande
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El Coco no hallaba qué hacer ni qu
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que yo. Además, yo no puedo ponerm
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La frutería estaba ya cerrada hac
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descomponerse... Y el frutero estab
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EL MÉDICO DE LOS MUERTOSDURANTE MU
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jando y empujando a todas las demá
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—¿Qué debo hacer? ¿Qué debo h
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mo punto del ciprés, que era lo su
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le había alborotado el humo de las
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se cargara en sus brazos, y se cant
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—¡Qué raro! No puede correr, ni
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LA PEQUEÑA INMACULADAA ESTA HORA D
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dose, y mientras habla o reza, pase
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ARRODILLADA ante la Imagen -en cuyo
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LAS HORAS han transcurrido, y por e
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UNA VOZ se levanta, en alguna parte
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DESBANDÁNDOSE por el altozano y la
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—¡Ay, no, tía, deja eso! Desde
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GUACHIRONGOASÍ COMO HAY ciudades o
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Cierta vez, por la tarde, ya anoche
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LA HOJA QUE NO HABÍA CAÍDO EN SU
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Mas siguió su camino el carretero,
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EL PEQUEÑO NAZARENOEL MIÉRCOLES S
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LA MÁQUINA DE HACER ¡PU! ¡PU! ¡
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nas de alimentación por vías natu
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EL SEÑOR DEL MARTILLO—PUES SÍ,
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SÍ, NO; NO, SÍ…CUANDO Merche o
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todo compacto y homogéneo -más co
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El pequeño cucarachero duerme ya;
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—Pero... ¡no veo nada! -me dijo
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Pero ya que -como de costumbre- he
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Al mismo tiempo, va echando a todos
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LA MOTOCICLETA SELVÁTICALA JOVEN M
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de la motocicleta de la selva (así
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an medrosamente al oír su nombre,
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cuidados, los aceites, los alimento
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EL DÍA DE SAN MARGINADOMUY CERCA d
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—¿Qué se le ofrece, Marginado?
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Y luego, dirigiéndose a todos los
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UNA INOLVIDABLE FOTOGRAFÍAEL FOTÓ
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—Pero le faltan dos dientes, por
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según los términos precisos del d
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ien-, y por llevar un pico largo, r
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LOS REGALOS DE NAVIDADLA FIESTA ya
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—¡Yo no le he dicho eso a Marilu
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LA ROMERÍA DEL CONSEJERO ÚBEDAEL
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celebrado como era de esperarse. El
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míseros chiquillos que en nada se
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LA EMPANADAHE LLEGADO YO a la concl
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luminarias de la sociedad, del foro
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—Me refiero a nuestro amigo aquí
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—En todo caso, resumiendo el deba
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El patrón consiente, al fin.—La
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EL REGRESO DE TOÑITO ESPARRAGOSA(c
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dero y descendiente, en cuyas manos
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tonces que regresar. Pero, durante
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EN ESTA DISYUNTIVA, opté por adela
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porque en sus alrededores y en su v
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enormes proporciones, un sofá, rec
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pletamente alfombrado de musgo somb
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El tío Roque, que a mi juicio hab
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abrieron estrepitosamente las venta
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sus bigotes chorreados; pero las im
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Los humanos estaban sentados a la m
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Para ese momento, las golondrinas e
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tras el jazmín de España subía p
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HACIA EL MEDIODÍA el fuego del sol
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DESPUÉS DEL DESAYUNO, los tíos de
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A pesar de que tenía los ojos muy
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Page 297 and 298: ío de alarma, yo huí sin despegar
Page 299 and 300: comenzando esta larga operación, p
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Page 303 and 304: fondo del pozón. Se apeó del burr
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Page 307 and 308: posesión Esparragosa: la lapa volv
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Page 316 and 317: Diciembre 31. En La Sorbona, a sola
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Page 320 and 321: 1984 Junio. Aparece el volumen Opin
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Page 337: Garmendia”, Novelas y novelistas
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Page 344 and 345: 146ANTONIA PALACIOSFicciones y afli
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