V 33 N 70
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GARCÍA GUTIÉRREZ, C.R., PEREYRA CHAN, A.M. Y CANTO ESQUIVEL, A.M.<br />
comenzar con su propietario (Carrasco & Meroño, 2011;<br />
Meroño, 2009; Rubio & Aragón, 2009; Drucker, 2002;<br />
Schein, 1982).<br />
Existen diversas características que definen el<br />
comportamiento de un propietario (Huicab, Pereyra, &<br />
Madero, 2015) y cada una de estas puede ejercerse de forma<br />
distinta, dado que el entrenamiento, experiencia, juicio,<br />
inteligencia y visión es único en cada persona; las más<br />
destacadas en la literatura se exponen en la figura 1.<br />
Figura 1. Características del perfil del propietario.<br />
Fuente: Elaboración propia basada en Huicab, Pereyra, & Madero (2015) y<br />
Paredes & Velasco (2009).<br />
La figura 1 muestra cuatro características esenciales en todo<br />
propietario de una firma familiar necesarias para desarrollar<br />
y permitir la sobrevivencia en su empresa. En las siguientes<br />
líneas se describen dichas características.<br />
El liderazgo es la capacidad para dirigir un grupo, establecer<br />
propósitos y tareas para los seguidores, motivarlos y<br />
comprometerlos en la meta común (Zaccaro & Klimoski,<br />
2001). Son tres los principales estilos de liderazgo: (1)<br />
autocrático, se ejerce cuando se utiliza el poder, la autoridad<br />
y la jerarquía y centralización las decisiones, (2)<br />
democrático, cuando el directivo involucra a sus<br />
colaboradores en las decisiones y (3) liberal, cuando el líder<br />
tiende a ser permisivo o tolerante porque el grado de<br />
compromiso de sus colaboradores le permite delegar altas<br />
responsabilidades (Hernández & Pulido, 2011). El<br />
propietario que pueda contar con una mezcla de estos estilos<br />
y los utilizarlos según las necesidades del momento<br />
fomentará el crecimiento y profesionalización de su<br />
organización (Pascual & Herrero, 2010)<br />
La autodisciplina en un dueño de negocio debe<br />
principalmente centrarse en dos aspectos que favorecerán su<br />
compañía: uno es la objetividad para administrar el negocio,<br />
separando las finanzas personales de las ganancias o gastos<br />
de la empresa, esto se logra otorgándose un salario que cubra<br />
las necesidades o de acuerdo al mercado laboral, en caso de<br />
que la empresa o el propietario requieran un préstamo, este<br />
debe ser debidamente documentado, con un periodo de pago<br />
y un interés fijo (Huicab, Pereyra, & Madero, 2015; Acosta,<br />
2015). El segundo aspecto es la capacidad de manejar el<br />
tiempo; priorizar y organizar actividades, según su<br />
importancia y urgencia, afectará directamente en la imagen<br />
de seriedad y profesionalismo que se quiere proyectar. En la<br />
medida en que se regulen las interrupciones, las prioridades<br />
y postergaciones que genera el inadecuado manejo del<br />
tiempo, mayor será su éxito futuro (Paredes & Velasco, 2009;<br />
Ménard, 2004).<br />
La creatividad e innovación son la capacidad y el deseo que<br />
posee el propietario para generar ideas que mejoren procesos<br />
o desarrollen nuevos productos o servicios. Por lo general se<br />
les atribuye a grandes invenciones, y no necesariamente debe<br />
ser así, en los micro negocios se puede aplicar desde un<br />
simple cambio en la forma de abordar al cliente, por ejemplo,<br />
de preguntar ¿Buscaba algo en específico? a despertar<br />
curiosidad preguntando ¿Sabe de las promociones para<br />
clientes nuevos y habituales? (Gerber, 1997).<br />
El manejo de conflictos es una de las principales habilidades<br />
que debe tener un propietario, puesto que se encontrará con<br />
tres tipos de conflictos: (1) intrapersonales, que ocurren<br />
dentro de este por insatisfacciones y contradicciones; (2)<br />
interpersonales, que pueden surgir por desacuerdos,<br />
tensiones y rivalidades en el ámbito familiar o grupos<br />
accionariales (3) laborales u organizacionales, que tiene su<br />
origen en los intentos por organizar y distribuir los recursos<br />
de la empresa. Para resolver los conflictos se encuentran<br />
cinco estilos: (1) Forzar, lucha por defender intereses<br />
propios, sin considerar la afectación de la otra parte; (2)<br />
Ceder, se aplica a personas que valoran más las relaciones<br />
que presionar para obtener resultados propios; (3) Evitar, que<br />
consiste en esquivar o ignorar la existencia del conflicto; (4)<br />
Comprometer, se trata de encontrar una solución de<br />
compromiso en la que cada parte ceda algo y las diferencias<br />
se dividan; (5) Colaborar, las personas tienen a trabajar con<br />
la otra parte para encontrar soluciones que satisfagan los<br />
intereses de ambos “ganar-ganar” (Paredes & Velasco, 2009;<br />
Amat, 2000).<br />
Estructura organizacional<br />
La siguiente variable de análisis es la estructura<br />
organizacional, se define como una herramienta mediante la<br />
cual las tareas funcionales de la empresa se dividen agrupan<br />
y coordinan (Robbins & Coulter, 2000). El desarrollarla<br />
puede ser el paso más trascendental en la profesionalización<br />
de en una empresa de familia, sin está todo depende de los<br />
esfuerzos personales y la buena voluntad de cada miembro<br />
de la familia por desgracia estos elementos solos, no llevan<br />
al éxito (Gerber, 1997).<br />
El desarrollo de las estructuras en las firmas familiares está<br />
asociado a la fase del ciclo de vida del producto y la empresa,<br />
Amat (2000) expone tres fases, la primera es creación, donde<br />
es de tipo personalista, informal y espontanea; en la segunda<br />
fase, expansión y formalización, la estructura empieza a girar<br />
en torno a las funciones, y la tercera, la fase de<br />
REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. <strong>33</strong> NÚM. <strong>70</strong> 69