- Page 2 and 3: Milan Kundera La insoportable leved
- Page 6 and 7: 1 La idea del eterno retorno es mis
- Page 8 and 9: hermoso que había vivido jamás (e
- Page 10 and 11: las reglas tácitas de la amistad e
- Page 12 and 13: Aquellos celos absurdos, que no se
- Page 14 and 15: casa porque allí le esperaba Teres
- Page 16 and 17: mundo, con la esperanza de volver a
- Page 18 and 19: director irresponsable e imperdonab
- Page 20 and 21: Segunda Parte. El alma y el cuerpo.
- Page 22 and 23: 4 No sólo era físicamente parecid
- Page 24 and 25: (Y si la propia Teresa tiene movimi
- Page 26 and 27: vida. Nuestra vida cotidiana es bom
- Page 28 and 29: Tomás como un premio Nóbel, sino
- Page 30 and 31: Le habló a Tomás de la enfermedad
- Page 32 and 33: transformar inesperadamente una ino
- Page 34 and 35: que pasar una vez más por lo que h
- Page 36 and 37: hacerse entender fácil mente en el
- Page 38 and 39: Tercera Parte. Palabras incomprendi
- Page 40 and 41: dejar el hábito de pureza que él
- Page 42 and 43: ver el sombrero hongo e hicieron el
- Page 44 and 45: — ¿No te gusta la música? —le
- Page 46 and 47: Nosotros sabemos ya por qué: Ya al
- Page 48 and 49: humillado y le respondí en un tono
- Page 50 and 51: amistad que Mari-Claude sentía por
- Page 52 and 53: ¿Alguien que quisiera ser su amo?
- Page 54 and 55:
Sabía, por supuesto, que su decisi
- Page 56 and 57:
— No se trata de las propiedades
- Page 58 and 59:
hacerle daño a la estudiante de la
- Page 60 and 61:
1 Teresa, a la una y media de la ma
- Page 62 and 63:
fueron terriblemente destruidas en
- Page 64 and 65:
provistas de firma y dedicatoria. E
- Page 66 and 67:
— Olvídese de él. — ¿Por qu
- Page 68 and 69:
contra el tronco y miró hacia arri
- Page 70 and 71:
húmedo y se asustó. Sentía su ex
- Page 72 and 73:
Vuelve a su mente la siguiente esce
- Page 74 and 75:
emborracha en su bar. — Esa histo
- Page 76 and 77:
28 Volvieron a Praga. Teresa pensab
- Page 78 and 79:
1 Cuando Teresa llegó inesperadame
- Page 80 and 81:
— Temo que me daría vergüenza.
- Page 82 and 83:
dedicarle cinco minutos a cada caso
- Page 84 and 85:
Terminó su copa de vino y concluy
- Page 86 and 87:
exponiéndose a un público anónim
- Page 88 and 89:
9 Cuando sus amigos le preguntaban
- Page 90 and 91:
— ¿Puedo ver las ventanas de las
- Page 92 and 93:
12 Más o menos en la misma época
- Page 94 and 95:
has firmado las dos mil palabras?»
- Page 96 and 97:
El hijo dijo: — Aquí no hay nada
- Page 98 and 99:
15 A los pocos días ya podía leer
- Page 100 and 101:
17 Julio Verne escribió una famosa
- Page 102 and 103:
escondía desesperadamente, lo alca
- Page 104 and 105:
vacaciones. ¡Pero unas vacaciones
- Page 106 and 107:
conocía a aquella muchacha, que no
- Page 108 and 109:
1 Fue en 1980 cuando pudimos leer p
- Page 110 and 111:
multiplicarse. A esta fe la denomin
- Page 112 and 113:
mayor conflicto que podía producir
- Page 114 and 115:
convertir cualquier teoría en part
- Page 116 and 117:
17 Al día siguiente subieron todos
- Page 118 and 119:
21 La traductora gritó por segunda
- Page 120 and 121:
y su mujer habían muerto aplastado
- Page 122 and 123:
29 ¿Qué quedó de la gente que mo
- Page 124 and 125:
1 Desde la ventana se veía la lade
- Page 126 and 127:
no por un caballo. No hay seguridad
- Page 128 and 129:
carretera por la que la humanidad,
- Page 130 and 131:
Temo que se queden con él, así, s
- Page 132 and 133:
no. Era una mirada de terrible, ins
- Page 134 and 135:
cosas más bellas de lo que eran an
- Page 136 and 137:
en paz y, mientras Karenin se estab
- Page 138 and 139:
una de ellas, una mesa de noche con
- Page 140:
Este libro fue distribuido por cort