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FINAL Sala de Togas 87 web

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OPINIÓN<br />

Todos estos retrasos han corrido a favor <strong>de</strong> los acusados,<br />

que han visto rebajada consi<strong>de</strong>rablemente las peticiones <strong>de</strong><br />

con<strong>de</strong>nas solicitadas por el Ministerio Fiscal y las acusaciones<br />

particulares.<br />

Ahora, los abogados <strong>de</strong>fensores están preparado sus recursos.<br />

Algunos mantienen que existe in<strong>de</strong>fensión, ante la<br />

<strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> la Audiencia Provincial <strong>de</strong> Almería <strong>de</strong> que las<br />

alegaciones se remitan directamente al Tribunal Supremo.<br />

Los <strong>de</strong>fensores quieren contar con la posibilidad que ofrece<br />

ahora la ley <strong>de</strong> presentar sus recursos penales en apelación<br />

ante el Tribunal Superior <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong> Andalucía y, <strong>de</strong> no<br />

prosperar, en casación ante el Tribunal Supremo. Algo que<br />

rechaza la Audiencia almeriense por consi<strong>de</strong>rar que este<br />

procedimiento es anterior a la reforma aprobada en el año<br />

2015. Esto va a provocar que el caso se dilata todavía más en<br />

el tiempo, por lo que muy probablemente tardaremos algunos<br />

años más en ver que los acusados ingresan en prisión<br />

para cumplir sus con<strong>de</strong>nas.<br />

Esperemos que el Caso Poniente sirva <strong>de</strong> ejemplo para<br />

buscar fórmulas que aceleren los procedimientos y permitan<br />

ejercer <strong>de</strong> forma más ágil y eficaz la aplicación <strong>de</strong> las<br />

sentencias.<br />

DE ENREDOS, PERIODISTAS Y ABOGADOS<br />

Miguel Martín Alonso<br />

Periodista<br />

La Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Lengua Española (RAE), a instancias<br />

<strong>de</strong>l movimiento Ahora Abogacía, acordó el pasado mes <strong>de</strong><br />

febrero suprimir <strong>de</strong>l Diccionario <strong>de</strong> la Lengua Española la<br />

acepción <strong>de</strong> “abogado” como “persona habladora, enredadora,<br />

parlanchina”. La RAE acordó entonces también “enviar<br />

esta modificación a las aca<strong>de</strong>mias americanas, integradas<br />

en la Asociación <strong>de</strong> Aca<strong>de</strong>mias <strong>de</strong> la Lengua Española”.<br />

Que un letrado sea una persona “habladora” podría consi<strong>de</strong>rarse<br />

hasta normal, pues mediante la palabra <strong>de</strong>sempeña<br />

varias <strong>de</strong> sus funciones, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que atien<strong>de</strong> por primera vez a<br />

ese cliente que llega a su <strong>de</strong>spacho buscando una ayuda y<br />

apoyo que precisa -seguramente- <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>sesperada,<br />

hasta que realiza sus alegatos en una vista oral.<br />

La pena es que aún en el diccionario <strong>de</strong> referencia existiese<br />

una <strong>de</strong>finición que diese a enten<strong>de</strong>r que aquel que <strong>de</strong>sempeña<br />

esta profesión es un “liante” que lo que busca es salirse<br />

con la suya a cualquier precio. Algo que, tal vez, <strong>de</strong>masiados<br />

creen aún en nuestra sociedad y que es un mal que también<br />

afecta al gremio al que represento.<br />

Tal vez el <strong>de</strong>scrédito que viven ambas profesiones sea<br />

diferente en su génesis, pero finalmente se traduce en lo<br />

mismo: existe un problema <strong>de</strong> calado si los ciudadanos no<br />

confían plenamente <strong>de</strong> dos colectivos llamados a salvaguardar<br />

sus <strong>de</strong>rechos.<br />

Parece que nuestra sociedad no recuerda que los abogados<br />

son los que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> hecho esos <strong>de</strong>rechos e intereses<br />

particulares gracias a un mandato constitucional que posibilita,<br />

por ejemplo, la justicia gratuita y el turno <strong>de</strong> oficio.<br />

Herramientas que garantizan que nadie se que<strong>de</strong> atrás y<br />

tenga siempre a alguien que se erija como su escudo cuando<br />

vienen mal dadas.<br />

Ni parece recordar que este colectivo está sometido a un<br />

código <strong>de</strong>ontológico férreo, autoimpuesto por la propia<br />

Abogacía, que da fe <strong>de</strong> la vocación <strong>de</strong> servicio y artífices <strong>de</strong> la<br />

paz social <strong>de</strong> los letrados.<br />

Pero también ha caído en el olvido que los periodistas y los<br />

medios <strong>de</strong> comunicación son los garantes <strong>de</strong> que se cumpla<br />

el <strong>de</strong>recho a estar informado. Y no <strong>de</strong> cualquier manera, sino<br />

<strong>de</strong> forma objetiva, veraz y dando voz a los silenciados mientras<br />

se <strong>de</strong>nuncia a los que buscan acallar al resto.<br />

Tal vez haya sido la soberbia que llevó a los medios a disfrutar<br />

con la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> “cuarto po<strong>de</strong>r”, la que ha provocado<br />

su caída en unos tiempos remotos en los que un tuit<br />

facilón es más valorado y respetado que un reportaje que ha<br />

conllevado días <strong>de</strong> trabajo. Es posible. Y tampoco negaré<br />

problemas expuestos en estas páginas previamente sobre<br />

cómo la precariedad afecta a la labor <strong>de</strong> mi gremio y provoca<br />

que aumente ese <strong>de</strong>scrédito.<br />

Por supuesto que entre los abogados hay charlatanes y<br />

engañabobos. Como los hay entre los periodistas, que a<br />

veces vemos también incrédulos lo que son capaces <strong>de</strong><br />

hacer algunos compañeros. También los hay en el resto <strong>de</strong><br />

las profesiones. Porque el ser humano es así; tiene luces y<br />

sombras y en todos lados se cuecen habas.<br />

Ahora bien, también cabría preguntarse si a veces ese<br />

<strong>de</strong>scrédito no tiene a<strong>de</strong>más un componente <strong>de</strong> interés por<br />

parte <strong>de</strong> algunos. Cuando la sociedad duda <strong>de</strong> algo, es más<br />

fácil convencerla <strong>de</strong> cualquier cosa, por insólita que parezca.<br />

Aun así, creo, no es sólo cuestión <strong>de</strong> mirar hacia otro lado.<br />

Veo fundamental hacer un ejercicio <strong>de</strong> conciencia y que<br />

ambos, periodistas y abogados, analicemos con mirada<br />

crítica qué es lo que nos ha llevado a que nos cuelguen el<br />

sambenito <strong>de</strong> liantes. Y una vez hecho, luchar con todas<br />

nuestras fuerzas contra esos elementos anómalos que<br />

alteran la percepción <strong>de</strong> los que nos ro<strong>de</strong>an. Los que hacemos<br />

las cosas bien somos la inmensa mayoría y tenemos<br />

fuerza <strong>de</strong> sobra para poner en su sitio a los que sólo empañan<br />

la imagen <strong>de</strong> nuestros colectivos.<br />

En cualquier caso, queridos letrados, enhorabuena. Al<br />

menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la casa madre <strong>de</strong> nuestra lengua ya no tienen<br />

sobre uste<strong>de</strong>s el marchamo <strong>de</strong> enredadores. Un logro que<br />

no es menor y que es más que merecido y justo.<br />

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