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TIEMPO LIBRE<br />
TIEMPO LIBRE<br />
Vida cultural<br />
EL CORO DEL COLEGIO PARTICIPA EN EL 20º CICLO DE MUSICA SACRA DE ALMERÍA<br />
Pasados dos días <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el estremecedor concierto, y ya serena<br />
<strong>de</strong> tanta emoción me permito transmitiros, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>ntro, lo que nos supuso. Hablo en plural porque imagino<br />
que en esos momentos lo vivido por uno se hace extenso al<br />
coro. Principalmente porque somos eso, Coro, no Isabel, o<br />
A<strong>de</strong>la, Fuensanta o Irene, y así hasta los treinta y cinco que<br />
subimos a <strong>de</strong>snudar el alma. Porque lo damos todo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el mismo momento en que Nieves Zurita abre los ojos<br />
abarcándonos a todos y empieza a mover las diez batutas<br />
que se extien<strong>de</strong>n a lo largo <strong>de</strong> sus ágiles <strong>de</strong>dos. Y ahí se<br />
rompe el silencio igual que la parturienta rompe aguas, y<br />
nace la belleza así, sin más.<br />
Suave, sinuosa, susurrante, sssssss...... Ubi caritas, Senzenina.<br />
Con el Alleluia y sus sorpresivas palmas <strong>de</strong>spertamos<br />
al respetable, pero no <strong>de</strong> un sueño sino <strong>de</strong> una realidad.<br />
Ave Verum Corpus vuelve a recogernos y cerramos la primera<br />
parte con un Ukuthula en la que nos cogemos <strong>de</strong> las<br />
manos como los costaleros se apoyan en el hombro <strong>de</strong>l<br />
que le antece<strong>de</strong> a modo <strong>de</strong> unidad.<br />
Respiramos hondo y hacen su aparición cuatro gran<strong>de</strong>s,<br />
cuatro enormes, ellos cuatro: Gonzalo Ruíz, Román Barceló,<br />
Elena Gallardo y Daahoud Salim. Treinta y nueve almas<br />
al compás <strong>de</strong>l capricho <strong>de</strong> Nieves que va dibujando en el aire<br />
la música que quiere escuchar, y empezamos a confiar y<br />
a disfrutar y a respirar en los silencios y casi a levitar; hasta<br />
que Gonzalo parte el aire en dos, contun<strong>de</strong>nte y nota a nota.<br />
Hacemos un esfuerzo para no per<strong>de</strong>rnos en él pero llega<br />
Román y puntillea el espacio con bolillos <strong>de</strong> corcheas y fusas<br />
que nos vuelven a abstraer.<br />
Nuevo esfuerzo para no quedarnos ahí, y como no hay dos<br />
sin tres aparece Elena, diríase <strong>de</strong> Troya, y es inevitable embobarse:<br />
no pestañea, no se mueve, pareciera que la voz no<br />
saliera <strong>de</strong> ahí pero sí. Y acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar, con apenas 16<br />
años.<br />
Nuestra Nieves que es sabedora <strong>de</strong> nuestras <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s<br />
vuelve a tomar sus diez batutas, sus ojos, sus cejas, sus labios<br />
y nos grita en silencio para continuar en el éxtasis<br />
consciente. Gonzalo, bajo-barítono, vino <strong>de</strong> Sanlúcar y trajo<br />
en su maleta el aire impetuoso y elegante para <strong>de</strong>leite <strong>de</strong><br />
una Iglesia que se va acostumbrando a nosotros. Y Román<br />
El concierto se celebró en la Parroquia San Agustín <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong><br />
Almería el viernes, 31 <strong>de</strong> marzo, bajo la batuta <strong>de</strong> Nieves Zurita y<br />
actuando como solistas: Laura Sabater, Román Barceló y Francisco<br />
Crespo. Pianista: Daahoud Salim (Foto facilitada por la autora)<br />
Cerraron la primera parte con un Ukuthula en la que se cogieron <strong>de</strong> las<br />
manos, como los costaleros se apoyan en el hombro <strong>de</strong>l que le antece<strong>de</strong> a<br />
modo <strong>de</strong> unidad. (Foto facilitada por la autora)<br />
se encargó <strong>de</strong> hilar con extraordinaria <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za las notas<br />
<strong>de</strong> su partitura. La voz <strong>de</strong> Elena se quedó flotando en esa<br />
Iglesia y sé que para siempre mientras Daahoud hablaba a<br />
través <strong>de</strong>l piano como el ciego lee con su libro <strong>de</strong> Braille,<br />
sin apenas esfuerzo. Nosotros fuimos el lienzo en que pintaron<br />
los gran<strong>de</strong>s.<br />
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