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RETAZOS DE LA HISTORIA<br />
na.” Aunque también cabían las arbitrarieda<strong>de</strong>s en el antiguo<br />
procedimiento escrito, al menos los datos que servían<br />
para juicio y sentencia permanecían in<strong>de</strong>lebles.<br />
Ante semejante panorama, le parece imprescindible reformar,<br />
“si queremos vivir vida jurídica, garantizadora <strong>de</strong> todos<br />
los <strong>de</strong>rechos”: la Ley Orgánica —provisional <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
1<strong>87</strong>0—, la Ley <strong>de</strong> Enjuiciamiento Civil, la Ley <strong>de</strong> Enjuiciamiento<br />
Criminal y la Ley <strong>de</strong>l Jurado.<br />
La justicia municipal<br />
Para empezar, Le<strong>de</strong>sma explica cómo reorganizaría la justicia<br />
municipal a fin <strong>de</strong> aliviar <strong>de</strong> trabajo a los jueces <strong>de</strong> primera<br />
instancia, <strong>de</strong>jándoles tiempo para instruir mejor los<br />
asuntos que fallen los jueces municipales. Éstos serían <strong>de</strong><br />
tres clases: los <strong>de</strong> poblaciones cabeza <strong>de</strong> partido; los <strong>de</strong><br />
pueblos con más <strong>de</strong> tres letrados y los legos en pueblos<br />
con menos <strong>de</strong> tres letrados.<br />
En su sistema no se admitirían inci<strong>de</strong>ntes previos ni tramitables<br />
en pieza separada, ocasiones continuas <strong>de</strong> trabas,<br />
dilaciones y gastos; se discutirían junto al asunto principal<br />
y se fallarían en la misma sentencia <strong>de</strong>finitiva. Habría que<br />
abreviar la tramitación <strong>de</strong> los asuntos civiles. Todo constaría<br />
por escrito, nada sería oral, a fin <strong>de</strong> suprimir las vistas<br />
inútiles en los Juzgados. En cuanto a las pruebas, <strong>de</strong> mediar<br />
documentos escritos, se excluiría la parte testifical. Se<br />
castigaría al litigante doloso con el pago <strong>de</strong> las costas (imponiendo<br />
aparte las <strong>de</strong> los inci<strong>de</strong>ntes). La apelación a las<br />
sentencias <strong>de</strong> primera instancia quedaría limitadas a un<br />
escrito <strong>de</strong> agravios aportando las pruebas precisas. Ni vistas,<br />
ni discursos orales ni apuntalamientos, pues. Los autos<br />
irían pasando por turno entre los magistrados <strong>de</strong>l Tribunal<br />
colegiado, que <strong>de</strong>liberaría y fallaría.<br />
Le<strong>de</strong>sma es partidario <strong>de</strong> suprimir las Audiencias Territoriales,<br />
pues juzga a las Audiencias <strong>de</strong> lo Criminal mejor organizadas<br />
para fallar sobre las sentencias <strong>de</strong> los jueces <strong>de</strong><br />
primera instancia. Por Real Decreto <strong>de</strong> 29 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong><br />
1893, las Audiencias Penales o <strong>de</strong> lo Criminal habían pasado<br />
a <strong>de</strong>nominarse Audiencias Provinciales. Integradas en<br />
las Audiencias Territoriales, éstas extendieron su ámbito<br />
<strong>de</strong> competencia sobre los Juzgados <strong>de</strong> instrucción y los<br />
Juzgados <strong>de</strong> Paz.<br />
El Jurado<br />
Especialmente crítico se muestra el abogado con la institución<br />
<strong>de</strong>l Jurado, vigente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que su ley fue aprobada, durante<br />
el “Parlamento largo” <strong>de</strong> Sagasta, el 20 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />
1888.<br />
“En efecto, estas Audiencias [Territoriales] hacen hoy con<br />
el Jurado el más triste y <strong>de</strong>sairado papel. Ver a diario a tres<br />
respetables Magistrados encanecidos en las leyes, servir<br />
<strong>de</strong> figurones por lo menos dos (pues el Presi<strong>de</strong>nte dirige<br />
los <strong>de</strong>bates) y tras un día <strong>de</strong> pruebas, que doce patanes resuelvan<br />
el hecho, sin <strong>de</strong>jar a aquéllos más que la aplicación<br />
<strong>de</strong> los artículos <strong>de</strong>l Código, cosa ya rutinaria y <strong>de</strong> fórmula<br />
casi siempre, cuando la cuestión <strong>de</strong> hecho con sus circunstancias<br />
se ha resuelto, francamente, produce tristeza a los<br />
hombres que se ocupan <strong>de</strong> achaques jurídicos.<br />
Bastaba y sobraba, para dirigir el <strong>de</strong>bate <strong>de</strong>l juicio por jurados,<br />
un Magistrado solo, actuando <strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>nte; y mientras,<br />
los otros dos figurones podían tener ocupación más<br />
provechosa; por ejemplo, fallando apelaciones <strong>de</strong> pleitos<br />
civiles. Establézcanse, pues, Audiencias Provinciales para<br />
lo civil y lo criminal, con cuatro Magistrados como mínimum.<br />
Represente uno solo el <strong>de</strong>recho en los juicios por jurados,<br />
alternando los cuatro en esta función, y yendo a los<br />
partidos judiciales don<strong>de</strong> el Jurado se constituya, y se habrán<br />
ahorrado grandísimos gastos <strong>de</strong> viajes <strong>de</strong> jurados, peritos<br />
y testigos, que hoy hacen <strong>de</strong> la institución lo más caro<br />
y malo que ha podido i<strong>de</strong>arse. Los otros tres Magistrados<br />
constituyan <strong>Sala</strong> Civil y <strong>Sala</strong> Criminal alternativamente,<br />
para el conocimiento <strong>de</strong> las apelaciones civiles ya simplificadas,<br />
y la aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a los veredictos <strong>de</strong> los jurados,<br />
y todo marchará barato y como una seda, <strong>de</strong>sapareciendo<br />
la gran rémora <strong>de</strong> nuestras Audiencias territoriales.<br />
Si a esto pudiera añadirse la modificación <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong>l Jurado,<br />
exigiendo más garantías y condiciones <strong>de</strong> capacidad<br />
a tales Jueces populares, y no llevándolos ni trayéndolos<br />
<strong>de</strong> acá para allá, se completaría una reforma que se impone<br />
en bien <strong>de</strong> la justicia y <strong>de</strong> la economía.”<br />
El Tribunal Supremo<br />
Respecto al Tribunal Supremo, Le<strong>de</strong>sma halla <strong>de</strong>masiado<br />
estrechos los mol<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los recursos <strong>de</strong> casación y <strong>de</strong>sliza<br />
una dura crítica sobre dicho Tribunal: la justicia, dice, <strong>de</strong>bería<br />
aten<strong>de</strong>r más a las razones <strong>de</strong> los litigantes y menos a<br />
las fórmulas externas y el encasillado <strong>de</strong> los requisitos.<br />
Enemigo <strong>de</strong> las “actiones legae”, cree que cada cual <strong>de</strong>bería<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse<br />
como <strong>de</strong>seara, sin formulismos<br />
en las <strong>de</strong>mandas y<br />
los escritos, siendo potestativo<br />
el valerse <strong>de</strong> letrados<br />
y procuradores. Piensa<br />
así a pesar <strong>de</strong> no ser <strong>de</strong><br />
los más <strong>de</strong>safortunados<br />
<strong>de</strong> la profesión, y afirma<br />
tajante: “los abogados hacen<br />
poca falta y los procuradores<br />
ninguna.”<br />
El abogado pasa luego a<br />
plantear las reformas precisas<br />
en “lo sustantivo <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>recho”.<br />
Miembros <strong>de</strong><br />
un jurado.<br />
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