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JOSÉ VARELA ORTEGA - Prisa Revistas

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políticos enfrentados ideológicamente<br />

pueden referirse a las<br />

encuestas. Los nuevos demócratas<br />

dijeron en el Consejo de Dirección<br />

Demócrata que la gente<br />

percibía a Gore como demasiado<br />

cercano a los sindicatos y a<br />

los negros, como demasiado poco<br />

interesado en “modernizar”<br />

los elementos del Estado de bienestar<br />

de Estados Unidos, frase<br />

que, al ser analizada, puede entenderse<br />

como “privatizar”. Según<br />

ellos, Gore no atrajo lo suficiente<br />

el interés del segmento<br />

de la fuerza de trabajo formado<br />

por la clase media, que valora la<br />

autonomía económica y la responsabilidad<br />

individual; no<br />

consiguió transmitir que se<br />

identificaba con la nueva economía<br />

y, por el contrario, parecía<br />

un nostálgico de la época del<br />

new deal, en la que su padre,<br />

que fue senador al final de su<br />

vida, había crecido. La respuesta<br />

de los otros sectores del Partido<br />

Demócrata fue igualmente<br />

directa. Para los negros, ecologistas,<br />

feministas y sindicalistas,<br />

los nuevos demócratas ignoraban<br />

el hecho de que Gore había<br />

destacado en las encuestas tras<br />

adoptar sus causas; tampoco tenían<br />

en cuenta las considerables<br />

movilizaciones a su favor que<br />

sus organizaciones habían logrado<br />

y que habían sido decisivas<br />

para su victoria en los grandes<br />

Estados industriales; por último,<br />

consideraban que los nuevos demócratas<br />

daban como probada<br />

una dudosa hipótesis política:<br />

que había pasado la época del<br />

Gobierno de la economía por<br />

parte del Estado. La nueva economía<br />

puede requerir una mayor,<br />

y no menor, intervención<br />

estatal. En cualquier caso, la<br />

prosperidad de la era Clinton<br />

no se había distribuido de manera<br />

igualitaria. Los programas<br />

de Gore en educación, salud o<br />

Seguridad Social buscaban equilibrar<br />

la balanza. Sus técnicas de<br />

gobierno, incentivos fiscales finamente<br />

ajustados y programas<br />

medidos con precisión, eran en<br />

realidad muy modernos. Por último,<br />

lejos de ignorar las ventajas<br />

de la globalización, Gore había<br />

propuesto hacerla más acep-<br />

Nº 110 n CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA<br />

table al insistir en que los parámetros<br />

ambientales y laborales<br />

debían formar parte de los<br />

acuerdos comerciales.<br />

La candidatura de<br />

Ralph Nader<br />

Sin embargo, había un aspecto<br />

en el que coincidían los dos sectores<br />

del Partido Demócrata: la<br />

candidatura del Partido Verde<br />

de Ralph Nader puede haber<br />

costado la presidencia a los demócratas.<br />

Nader obtuvo 97.000<br />

votos en Florida: si un pequeño<br />

porcentaje de ellos hubiese sido<br />

para Gore se habría evitado en<br />

ese Estado el recuento sesgado.<br />

Puede que ambos sectores se<br />

equivoquen. Nader no consiguió<br />

el 5% que se había propuesto<br />

y muchos de los que en<br />

principio iban a votar por él<br />

cambiaron en el último momento<br />

y lo hicieron por Gore.<br />

Las intenciones de voto para<br />

Nader eran del 4% el fin de semana<br />

previo a las elecciones, pero<br />

obtuvo un 2,6% de los votos.<br />

Se podría decir que Nader atrajo<br />

a las urnas a nuevos votantes,<br />

especialmente entre los más jóvenes,<br />

y puede haber acabado<br />

por incrementar los votos de<br />

Gore. También se puede argumentar<br />

que esa movilización logró<br />

que los demócratas empataran<br />

en el Senado. Aunque excluido<br />

de los debates televisados<br />

nacionales y con muy poco dinero<br />

y escasa organización, Nader<br />

era más el candidato de la<br />

tradición reformista que el tecnocráticamente<br />

prudente Gore.<br />

En una sociedad en la que el capitalismo<br />

de las multinacionales<br />

modela las vidas de los individuos,<br />

él era quien ponía de relieve<br />

la idea de una ciudadanía<br />

crítica y autónoma.<br />

Al final, entre Gore y Nader<br />

obtuvieron el 52% de los votos.<br />

Gore tuvo casi 350.000 votos<br />

populares más que Bush. Habría<br />

sido suficientemente lamentable<br />

que el problema hubiese<br />

radicado únicamente en el<br />

funcionamiento del colegio electoral.<br />

Éste fue concebido para<br />

dar respuesta al miedo a la democracia<br />

directa que sentían los<br />

fundadores de la República y<br />

para dar apoyo institucional a<br />

los derechos de los Estados separatistas,<br />

fundamentalmente el<br />

derecho de los Estados del Sur a<br />

mantener la esclavitud. En el<br />

presente, los votantes de muchos<br />

Estados pequeños tienen<br />

un peso dos o tres veces superior<br />

al de los Estados grandes a la<br />

hora de elegir electores: la relación<br />

entre votantes y electores<br />

es considerablemente desproporcionada.<br />

Pese a la aparente<br />

indiferencia, pasividad y resignación<br />

de gran parte de la gente,<br />

el hecho de que no esté en absoluto<br />

claro que el gobernador<br />

Bush haya obtenido realmente<br />

la mayoría de los votos en Florida<br />

ha ocasionado una crisis de<br />

legitimidad.<br />

El recuento de Florida<br />

El escándalo de Florida empezó<br />

por una situación que también<br />

se ha dado en muchos otros lugares<br />

de la nación: en los distritos<br />

donde vive la población pobre,<br />

la maquinaria electoral está<br />

obsoleta y funciona mal. En<br />

Florida la situación se complicó<br />

por la frecuencia con que se denegó,<br />

con diversos pretextos, el<br />

derecho al voto a muchos ciudadanos<br />

negros. Entre las elecciones<br />

del 6 de noviembre y la<br />

decisión de la Corte Suprema<br />

federal nacional del 12 de diciembre,<br />

transcurrió un mes<br />

confuso y presidido por los conflictos<br />

en el que el Gobierno republicano<br />

del Estado de Florida<br />

obstaculizó un recuento efectivo<br />

de los votos en aquellos distritos<br />

en que había clara evidencia de<br />

que se habían producido una serie<br />

de errores sistemáticos.<br />

La intervención del Tribunal<br />

Supremo para parar el recuento<br />

fue una farsa judicial y moral<br />

tan grotesca que incluso (o especialmente)<br />

los republicanos<br />

prefirieron no hablar del tema.<br />

Naturalmente, sus aliados en los<br />

medios de comunicación insistían,<br />

desde mucho antes de la<br />

decisión del Tribunal, en que el<br />

interés público no yacía en que<br />

se realizase un recuento exacto,<br />

sino en que Gore renunciase a<br />

su derecho a solicitarlo. Invocaron<br />

una demanda pública, to-<br />

NORMAN BIRNBAUM<br />

talmente inventada, de que acabase<br />

la crisis. De hecho, a la población<br />

le satisfacía que se dejase<br />

que los acontecimientos siguiesen<br />

su curso. Tal vez gran<br />

parte de la tranquilidad real de<br />

la nación durante el debate provenía<br />

de la penetrante fuerza de<br />

la despolitización. Una confrontación<br />

total entre los votantes<br />

demócratas y republicanos habría<br />

enfrentado al 26% de la nación<br />

contra el 25%; el resto no<br />

votó. Muchos de los que sí lo<br />

hicieron no se sintieron demasiado<br />

molestos porque el Tribunal<br />

Supremo se erigiese como<br />

sustituto del electorado. No es<br />

previsible en un plazo breve (en<br />

el calendario histórico inmediato)<br />

otra guerra civil en Estados<br />

Unidos. Los negros se sienten<br />

justamente agraviados, en especial<br />

por el hecho de que cuando<br />

los congresistas demócratas de<br />

Florida (principalmente negros)<br />

cuestionaron la legitimidad de<br />

la votación de su Estado, en el<br />

momento en que las dos cámaras<br />

del Congreso recibían reunidas<br />

los votos del colegio electoral,<br />

no se levantó ningún senador<br />

para permitir que se<br />

abriera un debate.<br />

Los demócratas en su conjunto<br />

parecen aturdidos o inmovilizados.<br />

Han perdido la presidencia.<br />

No han conseguido recuperar<br />

la mayoría en la Cámara<br />

de Representantes, donde los republicanos<br />

tienen 222 escaños y<br />

ellos 212, y aunque consiguieron<br />

ganar suficientes escaños en<br />

el Senado para igualar los 50 de<br />

los republicanos, en caso de empate<br />

el voto decisivo lo tiene el<br />

vicepresidente republicano Richard<br />

Cheney. En el conjunto<br />

del país, los republicanos tienen<br />

la mayoría de los gobernadores y<br />

controlan la mayoría de los legislativos<br />

estatales. Los demócratas<br />

se consuelan con el hecho<br />

de que en el conjunto de las elecciones<br />

(incluidas las elecciones a<br />

gobernadores y a cámaras estatales)<br />

tuvieron más votos que los<br />

republicanos. Los demócratas<br />

que se consideran inscritos en la<br />

tradición del new deal se sienten<br />

alentados por las encuestas que<br />

muestran que las mayorías están<br />

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