JOSÉ VARELA ORTEGA - Prisa Revistas
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y manipuladores, vendidos a los<br />
poderes militares o al capitalismo<br />
de las multinacionales de la<br />
ingeniería genética 22 , ¿qué tiene<br />
eso que ver con una discusión<br />
seria sobre predecibilidad y<br />
poder explicativo de una teoría?<br />
Para defender una epistemología<br />
relativista, cargada de subjetivismo,<br />
de corte libertario, en la<br />
cual, en lugar del “todo vale” de<br />
Feyerabend, vale la intuición, la<br />
experiencia sensible, los aspectos<br />
cualitativos y las analogías<br />
antropomórficas, y no valen, o<br />
vale de muy poco, los métodos<br />
de uso común entre científicos<br />
(hipotético-deductivo, con predicciones<br />
que pueden ser contrastadas<br />
mediante observaciones<br />
empíricas o experimentales,<br />
etcétera), se precisan razones, no<br />
acusaciones sin fundamento 23 .<br />
Sobre gotas de aceite<br />
y los fundamentos de la<br />
matemática<br />
Para apoyar dicha epistemología<br />
arcaizante 24 , basada en aspectos<br />
cualitativos y significados<br />
intuitivos de las teorías científicas,<br />
Escohotado esgrime un anexo<br />
de su libro dedicado a lo que<br />
él llama grandiosa crisis de fundamentos<br />
de la matemática y<br />
que titula ‘Las trivialidades del<br />
rigor’ 25 , lamentándose de que<br />
tanto Fernández-Rañada como<br />
yo lo hayamos pasado por alto<br />
en nuestras críticas. Por mi par-<br />
22 Luciferes muy comunes en la imaginería<br />
de escritores e intelectuales con fobia<br />
irreversible e irracional hacia la ciencia.<br />
23 No sé si Escohotado será consciente<br />
de que los estudios y disciplinas de los<br />
campos científicos que él engloba en el<br />
“nuevo paradigma” nacieron, fundamentalmente,<br />
para poder hacer predicciones<br />
lo más fiables posible de fenómenos muy<br />
complejos y difíciles de cuantificar.<br />
24 Es lo que se desprende de aseveraciones<br />
como ésta: “Parecía maduro el momento<br />
para no seguir atribuyendo el monopolio<br />
de lo real a las leyes. En otras palabras,<br />
para reanudar un diálogo entre el espíritu<br />
newtoniano y el aristotélico, cuyo núcleo es<br />
una Physis que va inventándose y que, por<br />
lo mismo, resulta tan impenetrable a adivinaciones<br />
y exactitud como afín a lo cualitativo”<br />
(Caos y orden, pág. 44).<br />
25 Escohotado, Antonio: Caos y orden,<br />
págs. 100 a 114. La crisis de fundamentos<br />
es materia de la metamatemática,<br />
y no afecta al rigor matemático en cada<br />
nivel jerárquico de fundamentos.<br />
Nº 110 n CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA<br />
te, preferiría dejar las cosas como<br />
están, pues me parece penoso<br />
que a estas alturas se quiera<br />
argumentar con el non sequitur<br />
que va desde la crisis de ciertos<br />
fundamentos de la matemática<br />
al rigor general en ella, y de<br />
aquí, al valor de los cálculos que<br />
den datos para cuantificar los aspectos<br />
experimentales de la ciencia.<br />
No merece la pena debatir la<br />
falta de rigor con que está escrito<br />
dicho anexo, mas quizá sea<br />
conveniente –ya que el autor reclama<br />
una opinión– señalar por<br />
qué lo que se dice no tiene nada<br />
que ver con lo que se pretende<br />
demostrar.<br />
He aquí lo que parece ser la<br />
clave del problema de la medición,<br />
del valor de la cuantificación<br />
en las ciencias de la naturaleza:<br />
“Será preciso esperar más de un siglo,<br />
desde entonces [desde Kant], para<br />
que no sólo la geometría sino la aritmética<br />
se revisen a la luz de nuestra<br />
concreta experiencia. En efecto, ¿qué<br />
sentido tiene aplicar los conceptos de<br />
cantidad e igualdad al mundo real?<br />
¿Acaso añadir una gota de aceite a otra<br />
produce dos gotas? ¿Acaso añadir dos<br />
gotas de agua a otras dos produce cuatro<br />
gotas? ¿Dónde hemos percibido algo<br />
realmente numerable e idéntico a<br />
cualquier cosa? ¿Cómo puede abordarse<br />
la adición material como suma aritmética?”<br />
26 .<br />
Estas aseveraciones e interrogaciones,<br />
o van seguidas de una<br />
disertación seria y bien argumentada<br />
–que no tiene por qué<br />
ser ni extensa ni muy técnica–<br />
sobre metamatemática, sobre la<br />
relación entre las matemáticas<br />
y las teorías científicas, e, incluso,<br />
sobre las teorías del significado<br />
y el lenguaje en conexión<br />
con las ciencias naturales, y se<br />
da noticia de esa revisión de la<br />
aritmética a la que se alude, o,<br />
por el contrario, y en el contexto<br />
en que se insertan, son un<br />
conjunto de perogrulladas bastante<br />
frívolas, sin otro motivo<br />
aparente que depreciar la abstracción<br />
matemática y, por tanto,<br />
restar valor a cualquier aspecto<br />
cuantitativo de las cien-<br />
26 Escohotado, Antonio: Caos y orden,<br />
pág. 110.<br />
cias, independientemente de la<br />
autoridad a la que se atribuyen<br />
estas preguntas 27 , formuladas<br />
en un contexto del que no se<br />
nos informa. Mas esto último<br />
carece de importancia para<br />
refutar lo citado por Escohotado<br />
–doy por sentado que lo ha<br />
hecho correctamente–, pues<br />
Helhmholz escribió lo que le<br />
atribuye nuestro autor mucho<br />
antes de que la naturaleza echara<br />
definitivamente por tierra<br />
que “no alguna idea o axioma,<br />
sino sólo la ‘sensibilidad’ garantiza<br />
que los objetos de una colección<br />
física son idénticos (hasta<br />
cierto punto), y descriptibles<br />
mediante un número” 28 . Con<br />
el advenimiento de la física<br />
cuántica llegó la noticia de la<br />
indistinción total y absoluta, no<br />
hasta cierto punto solamente,<br />
de las partículas elementales (un<br />
electrón es totalmente idéntico<br />
a todos los demás, lo que no<br />
convence a Escohotado, que escribe,<br />
a propósito de la igualdad<br />
del espín de estas partículas:<br />
“Finalmente, lo que se niega es<br />
la diferencia o principio individuador”<br />
29 ); y, con el principio<br />
de exclusión de Pauli, la imposibilidad<br />
de que dos electrones<br />
pudiesen ocupar el mismo estado<br />
cuántico simultáneamente,<br />
por lo cual, pese a su identidad,<br />
nos es posible saber que, al añadir<br />
un segundo electrón a uno<br />
ya presente en un sistema con<br />
sólo dos estados cuánticos, tenemos<br />
dos electrones –cada uno<br />
en cada estado cuántico disponible–<br />
y no uno solo, habiéndose<br />
comprobado esto hasta el<br />
extremo de ser una evidencia<br />
más allá de toda duda razona-<br />
27 Ibíd. Escohotado cita el opúsculo<br />
de Helmholtz titulado Contar y medir,<br />
pero no da más datos al respecto. Califica<br />
a Helmholtz como “el Einstein del siglo<br />
XIX”, tal vez para enfatizar este testimonio<br />
de autoridad o por relacionarlos a<br />
ambos por sus teorías sobre la energía.<br />
Sin ánimo de minusvalorar la producción<br />
de este científico alemán, la gran mayoría<br />
de los historiadores de la ciencia pondrían<br />
a James C. Maxwell como el científico<br />
del XIX con el prestigio y la importancia<br />
equivalentes a la que, en el siglo siguiente,<br />
se otorgó a Einstein.<br />
28 Ibíd., pág. 111.<br />
29 Ibíd., pág. 75.<br />
FERNANDO PEREGRÍN GUTIÉRREZ<br />
ble. La naturaleza nos ha enseñado<br />
a abordar la adición material<br />
como suma aritmética, y la<br />
hidrodinámica a comprender<br />
por qué, según y como añadamos<br />
una gota de aceite a otra,<br />
podemos acabar teniendo una,<br />
dos o cientos de ellas 30 .<br />
Las divagaciones<br />
de la divulgación científica<br />
Reprocha Escohotado a sus inquisidores<br />
que se le haga responsable<br />
de los despropósitos<br />
que éstos denuncian cuando él<br />
se ha limitado a ser propagador<br />
de lo divulgado por otros autores<br />
de prestigiosas credenciales<br />
científicas 31 . Se podría simplemente<br />
responder a este descontento<br />
diciendo que el autor no<br />
ha entendido lo que otros han<br />
escrito; pero esto sería sólo una<br />
parte de la cuestión, ya que con<br />
demasiada frecuencia se leen<br />
afirmaciones claramente equivocadas<br />
e, incluso, científicamente<br />
patológicas que, según<br />
sus autores, parafrasean las opiniones<br />
vertidas por renombrados<br />
expertos. Bernard d’Espagnat,<br />
a propósito de este problema,<br />
habla de “divulgación<br />
engañosa” y del “esoterismo<br />
(bastante temible, es verdad),<br />
que engendra una comprensión<br />
imperfecta de las novedades” 32 .<br />
Ocurre que este problema viene<br />
de largo; Richard P. Feynman,<br />
en sus célebres y legendarios libros<br />
de texto sobre física, y a<br />
propósito de la mecánica cuántica,<br />
escribe: “Como siempre,<br />
hay dos aspectos del problema:<br />
uno es las implicaciones filosóficas<br />
de la física, y el otro, la extrapolación<br />
de estas materias filosóficas<br />
a otros campos. Cuando<br />
las ideas filosóficas asociadas<br />
con la ciencia se extrapolan a<br />
30 Otra fuente continua de confusiones<br />
en Caos y orden es la dificultad para<br />
comprender los distintos y concretos significados,<br />
tanto en matemáticas como en<br />
las ciencias empíricas, de los términos<br />
exactitud y precisión.<br />
31 Escohotado, Antonio: Espontaneidad<br />
y complejidad, pág. 30.<br />
32 D’Espagnat, Bernard: ‘Los números,<br />
esencia de las cosas’, en El universo de<br />
los números. Mundo Científico, Barcelona,<br />
2000, pág. 103.<br />
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