29.01.2013 Views

JOSÉ VARELA ORTEGA - Prisa Revistas

JOSÉ VARELA ORTEGA - Prisa Revistas

JOSÉ VARELA ORTEGA - Prisa Revistas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

DEL NACIONAL-SOCIALISMO ALEMÁN Y DEL VASCO<br />

curso abertzale– calaba en un contexto internacional<br />

viciado por el contenido punitivo<br />

de Versalles, una situación económica<br />

severamente lastrada por la crisis del 29 y<br />

un ambiente social asfixiado por un creciente<br />

desempleo. Era ciertamente una situación<br />

muy complicada, pero en modo<br />

alguno desesperada y menos aún abocada<br />

a un desastre inevitable.<br />

La deriva nacionalista del Zentrum<br />

El descalabro vino de las opciones políticas<br />

elegidas. Hasta 1930 la República de<br />

Weimar se sostuvo gobernada por una<br />

“gran coalición” democrática, variada en<br />

sus formas, que oscilaba con diversas combinaciones,<br />

de derecha a izquierda, entre<br />

el Volkspartei (DVP) 6 , el Zentrum<br />

católico 7 , con sus aliados nacionalistas bávaros,<br />

el pequeño partido demócrata y el<br />

SPD 8 , la gran fuerza de la izquierda democrática<br />

y durante muchos años el principal<br />

partido del Reichstag. Un congreso<br />

del Zentrum, celebrado en Colonia en<br />

1928, responsable de la elección de monseñor<br />

Kaas al frente de un partido que se<br />

precipitaba rápidamente hacia un nacionalismo<br />

extremo, y la muerte de Streseman,<br />

garante de la línea liberal-democrática<br />

en el DVP, al año siguiente, ilustran el<br />

resquebrajamiento de la gran coalición democrática<br />

de Weimar. En marzo de 1930,<br />

con la caída del Gobierno de Müller<br />

(SPD) y el nombramiento del primer gabinete<br />

“presidencial” –que no por los votos<br />

del Reichstag– encabezado por Brüning,<br />

comienza la ruptura de la coalición<br />

democrática. Una carrera al precipicio en<br />

pos del señuelo nacionalista que llevó,<br />

desde 1929 a 1931, a sectores significativos<br />

y respetables de la derecha y el centro<br />

a “una liaison dangereuse con el nazismo”<br />

(Ferguson), conduciéndoles desde la coalición<br />

democrática de Weimar al frente nacionalista<br />

de Harzburg. Fue un tortuoso sendero<br />

que derechistas y centristas recorrieron<br />

convencidos de que era la manera de<br />

ganar votos, a la par que restaban apoyo al<br />

movimiento nazi. Pero ocurrió exactamente<br />

lo contrario. Desde la “irresponsable”<br />

y “catastrófica” elección de 1930, en<br />

que los nazis lograron catapultar su representación<br />

parlamentaria de 12 a 107 diputados,<br />

el NSDAP incrementaría progresivamente<br />

su voto a costa de la derecha y el<br />

6 Partido del Pueblo Alemán.<br />

7 Un partido cuya impecable tradición democrática<br />

se remontaba al siglo anterior, habiéndose forjado<br />

en la oposición a la Kulturkampf bismarkiana.<br />

8 Sozialdemokratische Partei Deutschlands (Partido<br />

Socialdemócrata de Alemania).<br />

centro-derecha. Del mismo modo, la idea<br />

de integrar para domesticar, o dividir para<br />

neutralizar, al movimiento nazi, también<br />

se saldó con un fracaso trágico a la postre.<br />

El frente de Harzburg, montado por “la<br />

oposición nacionalista” para “romper las<br />

cadenas de Versalles” (Ritter) y repudiar el<br />

plan en que el financiero norteamericano<br />

Owen D. Young proponía escalonar los<br />

pagos de reparaciones alemanas, fue un<br />

primer ensayo en la política de integración<br />

del nazismo como fórmula para apaciguar<br />

y controlar dentro del sistema político al<br />

nacional-socialismo radical. Aunque el<br />

frente de Harzburg propiamente hablando<br />

se liquidó con un fracaso –en la medida<br />

que no logró impedir la aprobación del<br />

Plan Young–, su expresión simbólica tuvo<br />

efectos devastadores: pulverizó la coalición<br />

democrática, arrastró la política alemana<br />

al terreno de la competencia nacionalista<br />

y, para colmo, otorgó al movimiento nazi<br />

el espaldarazo de respetabilidad que necesitaba.<br />

A pesar de que Hitler se sintió incómodo<br />

en aquel ambiente encopetado, el<br />

hecho es que se le vio rodeado por el rancio<br />

nacionalismo guillermino, políticos<br />

consagrados, militares de alta graduación,<br />

banqueros y grandes empresarios. “Ya los<br />

tengo en el bolsillo: me han aceptado como<br />

socio”, parece que comentó Hitler satisfecho.<br />

Además de los saludables efectos<br />

que aquellas imágenes tuvieron en las maltrechas<br />

finanzas del NSDAP, lo verdaderamente<br />

trascendente estribaba en que desde<br />

entonces el juego se desarrolló en campo<br />

propio, con unas reglas y una meta que los<br />

nazis dominaban.<br />

El 30 de mayo de 1932, el anciano y<br />

apergaminado mariscal presidente Hindenburg,<br />

siguiendo el consejo de quienes<br />

abogaban por atraer al nacionalismo radi-<br />

10 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA n Nº 110

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!