virus del papiloma humano y cáncer: epidemiología y prevención ...
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Luís M. Puig-Tintoré, Silvia de Sanjosé Llongueras, Cristina Méndez Díez,<br />
Xavier Cortés Bordoy, Aureli Torné Bladé, Esther Roura Fornells, Xavier Castellsagué Piqué<br />
autónomas disponen de programas o protocolos de diagnóstico precoz de<br />
<strong>cáncer</strong> de cuello uterino; el resto, aplican los criterios <strong>del</strong> antiguo INSALUD<br />
(Tabla 7.2). Las estrategias definidas en estos programas o protocolos de diagnóstico<br />
precoz están basadas en el cribado oportunista. En la Comunidad de<br />
Castilla y León se planteó en cierto momento la posibilidad de instaurar un<br />
programa de base poblacional 1,7 . Sin embargo, dicho programa no incluía una<br />
invitación a participar en el mismo basada en el censo de la población 13 y además,<br />
según datos publicados en el año 2000 (14) , la cobertura <strong>del</strong> programa en<br />
esta comunidad fue sólo <strong>del</strong> 41,5% durante el trienio 1995-1997 y <strong>del</strong> 53,3%<br />
según un estudio transversal (estudio Afrodita) realizado en el año 2005 15 .<br />
En la práctica, y de acuerdo con el informe <strong>del</strong> Ministerio de Sanidad de<br />
noviembre de 2002 1 , existe una gran variabilidad tanto en la edad de inicio<br />
<strong>del</strong> cribado mediante citología como en la periodicidad entre las pruebas<br />
(Tabla 7.2). La mayoría de programas incluyen mujeres de entre 25 y 65 años<br />
de edad. Algunos cribados comienzan en edades más tempranas, desde la<br />
edad de inicio de relaciones sexuales, como es el caso de Extremadura,<br />
Canarias, Castilla León, Cataluña y el País Vasco. En Andalucía la población<br />
diana está constituida por mujeres en edad fértil desde los 15 a los 49 años<br />
de edad. La periodicidad entre las pruebas más habitual es de 3 ó 5 años, pero<br />
muchos programas recomiendan que las dos primeras citologías se realicen<br />
con un intervalo de un año. Prácticamente todos los programas coinciden en<br />
que las citologías deben realizarse en el ámbito de la atención primaria, programas<br />
de atención a la mujer y/o dentro de la planificación familiar 1,7 . En<br />
Cataluña la revisión <strong>del</strong> protocolo de cribado incluye la determinación <strong>del</strong><br />
<strong>virus</strong> <strong>del</strong> <strong>papiloma</strong> <strong>humano</strong> (VPH) en mujeres mal cribadas mayores de 40 años.<br />
Algunas comunidades autónomas como Andalucía 16 establecen diferentes<br />
esquemas de intervalo para la realización de citologías según existan o no factores<br />
de riesgo de neoplasia cervical. Clásicamente se han considerado como<br />
factores de riesgo el inicio precoz de relaciones sexuales (menos de 20 años),<br />
múltiples compañeros sexuales, pareja con múltiples compañeros sexuales<br />
(varón de alto riesgo), inmunosupresión, <strong>virus</strong> de la inmunodeficiencia humana<br />
(VIH), tabaquismo, anticoncepción hormonal actual y antecedentes de infección<br />
por VPH. Sin embargo, la dificultad en evaluar estos factores pone en<br />
entredicho su utilidad como parámetros moduladores de la frecuencia <strong>del</strong> cribado.<br />
La única excepción clara es la existencia de infección por VIH dado que<br />
su presencia puede acortar el tiempo de progresión de las lesiones intraepiteliales<br />
cervicales.<br />
7.3. Cobertura <strong>del</strong> cribado cervical en España<br />
En España se realizan actualmente muchas citologías cervicales fundamentalmente<br />
en mujeres jóvenes 7 de tal manera que, según la Encuesta Nacional<br />
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