Agronegocios en Chile - faceaucentral

Los Re c u R s o s Ag R í c o L A s y L o s Ag R o n e g o c i o s en ch i L e
por factores no contemplados como, problemas de clima o caída de precios o, en
términos más positivos, agregar valor a los productos logrados.
En definitiva, no hay agricultura estable, si no existe una mirada de mediano y
largo plazo, identificando un producto no perecible a ofrecer al mercado. Sólo así,
se logrará progresar sin mayores endeudamientos, que es la gran causa de fracaso
para el pequeño agricultor.
En términos simples, la agricultura en Chile, sobre todo para los pequeños
agricultores, debe apuntar, más que nada, a la estabilidad. Esto se logra, entonces, con
un plan de explotación diversificado, apuntando a la calidad, con agregación de valor
en forma artesanal o de bajos costos y, la asociatividad con los pares, principalmente
para abastecerse de insumos, pagar servicios contables y de apoyo técnico, bajando
de esta manera los costos y vendiendo sus productos en forma conjunta.
Es interesante hacer una comparación entre los ingresos agrícolas y los no agrícolas.
En el sector no agrícola, es decir, imaginemos un obrero, empleado o, incluso un
profesional recién recibido. La realidad va desde un salario mínimo mensual para un
obrero, de $180.000; para un empleado, de $300.000 a $400.000 y para un profesional
recién titulado, $600.000 o más. Un sueldo bueno, directivo o especialista con
experiencia, en cualquier área, desde uno, dos o más millones de pesos hacia arriba.
En la agricultura, una misma propiedad, puede tener fluctuaciones que van
desde, incluso cero peso, como en el caso del cesante urbano, aún peor en lo agrícola,
generando pérdidas cuantiosas o, por el otro extremo, lograr utilidades equivalentes
a las mejores de las áreas no agrícolas.
Estas características propias de la actividad agrícola comercial, con tanta
fluctuación, obligan al agricultor a ser más empresario que otros no agrícolas, en el
sentido de tomar todos los resguardos posibles, seguros, calcular la capacidad máxima
de deuda, realizar análisis financieros en forma permanente, ver constantemente las
posibilidades de bajar costos, etc.
Todo esto, dependiendo de innumerables variables, como calidad de sus recursos,
preparación o capacidad del agricultor u otras. Este, el agricultor, nunca debería
estar en cero ingreso, comparándolo con un cesante urbano, por la característica de
disponer de la posibilidad de producir su propio alimento.
En consecuencia, se mueve desde un mínimo, supongamos una familia de tres
o cuatro personas, sin otros ingresos, de a lo menos $100.000 al mes, que vendría
siendo el costo mensual de los alimentos, si los tuviera que comprar.
Desde ese mínimo, puede llegar, con una hectárea, desde $200.000 a más de
$1.000.000 al año, es decir, agregar a los $100.000 destinados al autoabastecimiento,
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