Agronegocios en Chile - faceaucentral

Los fA c t o R e s de PR o d u c c i ó n
Fundamentos de riego
El productor, al iniciar un riego, debe responder a cuatro preguntas básicas: ¿Por
qué regar? ¿Cuándo regar? ¿Cuánto tiempo regar? ¿Cómo regar?
La pregunta ¿por qué regar? tiene que ver con los principios del riego, con los
fenómenos que ocurren en el sistema integrado suelo – agua – planta. El agua
es vital para el crecimiento y desarrollo de las plantas, es el solvente universal y
forma parte de todos los procesos biológicos, fisiológicos. El consumo de agua
aumenta exponencialmente con el crecimiento vegetal, desde una pequeña semilla
hasta que alcanza el tamaño adulto. Se calcula que aproximadamente un 90% del
agua absorbida por una planta se pierde en la atmósfera por transpiración. Este
fenómeno ocurre a través de los estomas en las hojas, donde simultáneamente ocurre
la fotosíntesis, la fabricación de carbohidratos en presencia de luz solar y CO2 de la
atmósfera. A mayor transpiración, mayor fotosíntesis y más producción de materia
orgánica (la cosecha de interés económico).
Por tanto, para que una planta alcance su máximo nivel de producción, debe
transpirar a la mayor tasa posible. El agua en el sistema suelo – planta no sólo se pierde
por la transpiración, también hay pérdidas por la evaporación desde la superficie
del suelo. La suma de ambas pérdidas se denomina Evapo-transpiración (ET). Las
plantas cultivadas difieren enormemente en la cantidad total de agua que pierden
por ET, pero también hay diferencias entre cultivos en el consumo diario de agua.
Un cultivo de maíz puede tener una ET de 7 mm/día, equivalente a una pérdida de
7 litros de agua por cada metro cuadrado que ocupa, es decir, 70.000 litros de agua
en una hectárea (70m3/ha/día).
Las pérdidas o salidas de agua del sistema deben ser compensadas con ingreso
de agua a través de las lluvias o del riego. En el ejemplo anterior, suponiendo que
la ET permanece constante a lo largo de 10 días, para reponer las pérdidas de agua
del cultivo de maíz se requiere una lluvia efectiva de 70 mm (7x10). Si no hay
precipitaciones, hay que regar con un volumen neto de 700 m3 por hectárea. Los
sistemas de riego no son perfectos, tienen pérdidas por escurrimiento y percolación.
Si el riego es por superficie, fácilmente habría que aplicar el doble, alrededor de 1.500
m3. En cambio, con el sistema de riego por aspersión, bastaría un volumen bruto de
1.000 m3. En el primer caso, la eficiencia de riego es de 50%; en el segundo caso,
la eficiencia es de 70%.
No todos los suelos son iguales. Se presentan diferencias por tipo de componentes
físicos (textura), por composición y comportamiento químico (fertilidad), por
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