Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal
Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal
Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
querer infamar una casa, y por fuerza se ha <strong>de</strong> retirar; y para huir más <strong>de</strong>sembarazado,<br />
mejor va solo que acompañado, porque al fin no lleva consigo quien diga que huyó. Y<br />
aunque es lo más sano y seguro no hacerlo, si se hiciere sea a solas, no acompañado, porque<br />
las amista<strong>de</strong>s <strong>de</strong> hombre se acaban, y luego se revelan los secretos. Pues la fineza que yo<br />
usé en esperarle y guardarle el cuerpo, ¿quién dirá que no fue disparate? Pasaban dos horas,<br />
y acercándose el día, ¿qué necesidad tenía yo <strong>de</strong> ponerme a pa<strong>de</strong>cer tormento <strong>de</strong> sueño?<br />
¿Qué fortaleza <strong>de</strong> Rey me había mandado que guardase, sino la que era <strong>de</strong> un hombre<br />
perdido, para ponerme a peligro, <strong>de</strong>más <strong>de</strong> la vergüenza que pasé? Cuando se ha <strong>de</strong> poner<br />
un hombre a tan gran<strong>de</strong>s riesgos, ha <strong>de</strong> ser por conocer un evi<strong>de</strong>nte peligro en alguna<br />
persona <strong>de</strong> vida o <strong>de</strong> honra, o por obe<strong>de</strong>cer el mandamiento <strong>de</strong> algún gran príncipe o<br />
república. Pero que me ponga yo a los sucesos <strong>de</strong> fortuna por quien está muy contento, sin<br />
tener más cuidado <strong>de</strong> mi cuerpo que <strong>de</strong> su alma, tengolo por fineza impertinente. ¿Qué<br />
honra o hacienda perdiera yo cuando me fuera a tomar el reposo y <strong>de</strong>scanso que naturaleza<br />
pi<strong>de</strong> para su conservación? Si me culpara en haberlo <strong>de</strong>jado, le peguntara yo si lo <strong>de</strong>jaba en<br />
alguna mazmorra, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> lo podía sacar con la mano, o si me <strong>de</strong>jó él a mí en mi lecho<br />
reposado, o si quedaba entre enemigos <strong>de</strong> la fe como quedaba entre enemigos <strong>de</strong> guardarla.<br />
Siempre oí <strong>de</strong>cir que el que fuere compañero en los trabajos también lo ha <strong>de</strong> ser en los<br />
gustos; pero aquí la parte <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo era para mí, y la <strong><strong>de</strong>l</strong> gusto para él. La conclusión es,<br />
que tengo por yerro llevar compañía en semejantes jornadas, y por mucho mayor<br />
acompañar a nadie en ellas, que si llama la compañía por pusilánime, lleva la vida jugada el<br />
que le acompaña, porque a la primera ocasión huye, y lo <strong>de</strong>ja en manos <strong>de</strong> enemigos que él<br />
no tenía ni temía. Y mire cada uno, si le sucediere, que es participante <strong><strong>de</strong>l</strong> daño que el otro<br />
hiciere en ofensa ajena. Yo me reparé <strong>de</strong> vestido y <strong>de</strong> sueño, aunque había dormido lo<br />
bastante para un hombre <strong>de</strong> bien, en aquella misma casa don<strong>de</strong> llegué, y a don<strong>de</strong> hallé un<br />
vecino suyo muy lleno <strong>de</strong> melancolía, y tanta, que me vió dar con mi persona en el suelo,<br />
con la espada a una parte y el broquel a otra; no conocí en él acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> risa, como en<br />
cuantos me vieron caer, que una caída es ocasionada para mucho disgusto <strong>de</strong> quien la da, y<br />
mucha risa <strong>de</strong> quien la ve. Con todo se llegó este buen hombre estando ya puesto <strong>de</strong> rúa en<br />
casa <strong>de</strong> aquella mujer, amiga <strong><strong>de</strong>l</strong> tocino; y pareciéndole que yo estaba disgustado, llegó<br />
como a consolarse conmigo, diciéndome que todos los hombres <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo pa<strong>de</strong>cen<br />
trabajos, y que él estaba tan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ellos como todos cuantos vivían en él. Yo le<br />
pregunté, qué eran sus males que tan triste lo traían, porque siempre he sido compasivo; y<br />
él me respondió en una palabra: Celos. ¿Ese mal tiene? le dije yo; no quiero preguntarle si<br />
son averiguados, o si es sospecha: pero quiero <strong>de</strong>cirle que es enfermedad <strong>de</strong> mozos <strong>de</strong> poca<br />
experiencia, que si la tuviesen, sabrían que los mismos tienen unos <strong>de</strong> los otros. Y si<br />
advirtiesen que el otro <strong>de</strong> quien yo los tengo anda rabiando <strong>de</strong> ellos por mí, consolaríame<br />
con su daño y con verle pa<strong>de</strong>cer, y consumirse con un perpetuo <strong>de</strong>sasosiego. ¿Qué mayor<br />
consuelo puedo tener yo que ver a mis enemigos pa<strong>de</strong>cer, y reírme <strong>de</strong> ellos? Porque pensar<br />
que una mujer divertida en estos tratos se ha <strong>de</strong> contentar con lo que uno le da, es pensar<br />
que un fullero ha <strong>de</strong> andar bien puesto con sola la ganancia que hace a un cuitado. Los<br />
celos tienen al diablo en el cuerpo <strong><strong>de</strong>l</strong> que los tiene, y parece que lo trae consigo, pues a<br />
nadie hacen mal sino a quien los mantiene, y cuanto más se callan más crecen. Su remedio<br />
está en tan ruin fundamento, que con averiguar la verdad, o se mueren, o se halla ocasión<br />
para per<strong>de</strong>rlos, poco a poco, apartándose <strong>de</strong> quien los causa. Yo aseguro que son más <strong>de</strong><br />
cuatro los celosos, sin saber unos <strong>de</strong> otros en esa misma ocasión, y crea que se usa esto. Si<br />
son celos <strong>de</strong> la mujer propia, es agravio que se le hace, que la más baja mujer <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />
estima en más la sombra <strong>de</strong> su marido que a todo lo restante <strong>de</strong> él.