Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal
Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal
Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
años antes pronosticado por los gran<strong>de</strong>s astrólogos, amenazando a la cabeza <strong>de</strong> Portugal.<br />
Hubo tan gran<strong>de</strong>s juicios sobre ella, y algunos tan impertinentes, que dieron harto que reír,<br />
entre los cuales hubo uno que <strong>de</strong>cía, que las cosas gran<strong>de</strong>s habían <strong>de</strong> <strong>de</strong>screcer, y las<br />
pequeñas habían <strong>de</strong> crecer: llegó este juicio al <strong>de</strong> un hombrecico pequeño, que también en<br />
esto lo era, que estaba muy mal contento <strong>de</strong> verse con tan aparrada presencia, que trayendo,<br />
unos pantuflos <strong>de</strong> cinco o seis corchos, aun no podía lucir entre la gente. Andaba siempre<br />
pulido y bien puesto, enamorado y bien hablado, y aun hablador no sin afectación. En las<br />
conversaciones procuraba, no que sus conceptos llegasen a igualarse con los otros, sino que<br />
sus hombros se ajustasen con los <strong>de</strong> la rueda, y como no podía ser, pensando que era la<br />
culpa <strong>de</strong> las agujetas, meneaba un lado y otro, hasta que crujían todas. Pues como llegó a su<br />
noticia la interpretación <strong><strong>de</strong>l</strong> cometa, que las cosas pequeñas han <strong>de</strong> crecer, se le encajó que<br />
se <strong>de</strong>cía por él. Que fácilmente nos persuadimos a creer lo que <strong>de</strong>seamos, aunque sea tan<br />
gran disparate como este. Dijeronle que yo era nigromántico, y que si yo quería, podía<br />
hacerle dos o tres <strong>de</strong>dos o mas: pero que había <strong>de</strong> ser muy secreto, porque no se supiese que<br />
yo sabía tal arte diabólica. Pasando por la plaza, haciendo mil escu<strong>de</strong>rajes con los <strong>de</strong>más<br />
gentiles-hombres <strong>de</strong> casa, me señalaron con el <strong>de</strong>do, para que me conociese. Sin haberme<br />
avisado los que le tornaban loco, se llegó a mí con una retórica bien pensada, ofreciéndome<br />
amistad y hacienda y favor para toda la vida, y el fin <strong>de</strong> todo fue <strong>de</strong>cir: Ya vuesa merced ve<br />
el agravio que naturaleza hizo a un hombre <strong>de</strong> mis partes, en dar a tan altos pensamientos<br />
tan pequeño cuerpo: yo sé que si vuesa merced quiere, pue<strong>de</strong> suplir esta falta, con que<br />
tendrá un esclavo para siempre jamás. Eso, dije yo, solo Dios pue<strong>de</strong> hacerlo, que es<br />
superior a la naturaleza, y si vuesa merced quiere crecer por los pies, póngase más corchos<br />
<strong>de</strong> los que trae; y si <strong><strong>de</strong>l</strong> pecho arriba, con ahorcarlo, crecerá tres o cuatro <strong>de</strong>dos. Oh señor,<br />
dijo él, ya venía informado que vuesa merced no me había <strong>de</strong> negar este bien, por amor <strong>de</strong><br />
mí que se disponga a ello, y en lo <strong>de</strong>más corte por don<strong>de</strong> quisiere. Veíalo tan rematado en<br />
su disparate, que lo hube <strong>de</strong> reducir a la obra <strong>de</strong> naturaleza, diciéndole: Señor, vos vais tras<br />
<strong>de</strong> un imposible, que no solamente no es hace<strong>de</strong>ro, pero os tendrán por loco cuantos<br />
supieren que dais en ese error. Las obras <strong>de</strong> naturaleza son tan consumadas, que no sufren<br />
enmienda: nada hace en vano, todo va fundado en razón, ni hay superfluo en ella, ni falta en<br />
lo necesario; es naturaleza como un juez, que <strong>de</strong>spués que ha dado la sentencia, no pue<strong>de</strong><br />
alterarla, ni mudarla, ni es señor ya <strong>de</strong> aquel caso, sino es que apelen para otro superior.<br />
En formando naturaleza sus obras con las calida<strong>de</strong>s que les da, ya no es señora <strong>de</strong> la<br />
obra que hizo, sino que Dios, como superior, quiera mudarlas; si hace gran<strong>de</strong>, gran<strong>de</strong> se ha<br />
<strong>de</strong> quedar; si chico, chico se ha <strong>de</strong> quedar; si monstruo, así ha <strong>de</strong> permanecer. Ni hay para<br />
qué cansarse nadie pensando imposibles. a esto replicó diciendo: ¿Pues no es más<br />
dificultoso hacerse un hombre invisible, y hay quien lo hace? No es, dije yo, sino<br />
facilísimo, que con ponerse un hombre <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> una tapia, queda invisible, o<br />
encubriéndose con una nube. Y vos os haréis invisible con solo poner <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> vos un<br />
mosquito. Gentil consuelo, dijo, he hallado, en quien pensé tener todo lo que he <strong>de</strong>seado<br />
toda mi vida. ¿Qué consuelo ha <strong>de</strong> hallar, dije, quien quiere ir contra las obras <strong>de</strong> la misma<br />
naturaleza, que es la que nos representa la voluntad <strong><strong>de</strong>l</strong> primer movedor y autor <strong>de</strong> todas las<br />
cosas? Que aunque crió a todos los hombres iguales, no fue en los actos exteriores, sino en<br />
la razón <strong><strong>de</strong>l</strong> alma. Y esta es la que hace al hombre superior a todos los <strong>de</strong>más animales, que<br />
no el ser gran<strong>de</strong> o pequeño. Si naturaleza os hubiera criado <strong>de</strong>sigual <strong>de</strong> miembros, como<br />
habiéndoos dado esa <strong>de</strong> gozque, tener unos brazos <strong>de</strong> gigante, o en esa carilla <strong>de</strong><br />
mandrágora os hubiera puesto unas narices trastuladas, pudiéra<strong>de</strong>s os quejar, pero no