10.05.2013 Views

Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal

Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal

Vida del escudero Marcos de Obregón - Biblioteca Virtual Universal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

mejor los pasos aunque estén algo lejos: no sentí cosa que me hiciese compañía.<br />

Traspúseme un poco, y luego díme priesa a andar, volviéndome hacia atrás, pensando que<br />

iba a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, y así cuanto más andaba y me apresuraba, menos esperanza tenía <strong>de</strong> alcanzar<br />

los compañeros: hacia las espaldas me parecía que oía perros ladrar algo lejos, que como<br />

los compañeros iban apriesa alteraban estos animalejos. Como no estaba ejercitado en<br />

caminos, y el día antes se había trabajado en eso, el sueño, como <strong>de</strong>scanso general <strong>de</strong> todos<br />

los miembros, solicitaba sus horas diputadas, y no pudiendo ya más conmigo, rendime al<br />

cansancio y al sueño. Topéme con un alcornoque, bien ancho <strong>de</strong> tronco, y por una parte<br />

<strong>de</strong>scorchado, <strong>de</strong> suerte que formaba un arrimo a modo <strong>de</strong> alacena, don<strong>de</strong> pu<strong>de</strong> arrimar y<br />

reclinar las molidas espaldas. Dejéme dormir; pero como no se duerme bien sentado, caíme<br />

<strong>de</strong> lado como una cosa muerta. Desperté a cabo <strong>de</strong> un rato, porque parecía que me andaban<br />

hormigas por el rostro, limpiélas con la mano y volvíme <strong><strong>de</strong>l</strong> otro lado: torné a recordar,<br />

porque sentí lo mismo; pero como el cansancio era tanto, y el sueño tan profundo, aunque<br />

algo temeroso <strong>de</strong> la soledad en que me veía, <strong>de</strong>jéme caer tercera vez en el mismo lugar. No<br />

mucho <strong>de</strong>spués, aunque el sueño no mi<strong>de</strong> el tiempo, <strong>de</strong>sperté a una tristísima y cansada voz<br />

<strong>de</strong> un ¡ay! que al parecer salía <strong>de</strong> las entrañas <strong>de</strong> la tierra, que hizo en las mías tal armonía,<br />

que por poco me faltara el aliento y la vida: mas teniendo la respiración, así por el temor<br />

como por tornar a escuchar con atención la dolorosa voz, sentí otra más cerca <strong>de</strong> mí, que<br />

como había unas matas un poco altas, no veía el instrumento <strong>de</strong> don<strong>de</strong> salía.<br />

Ya yo estaba casi para espirar, o para hacer alguna flaqueza indigna <strong>de</strong> hombre <strong>de</strong><br />

pecho, cuando muy cerca <strong>de</strong> mí, tanto que veía el bulto, sonó tercera vez la voz diciendo:<br />

¡Ay <strong>de</strong> mí, más infelice y sola que cuantas pa<strong>de</strong>cen cautiverio, servidumbre en las<br />

mazmorras <strong>de</strong> crueles e inclementes moros! ¡ay <strong>de</strong> mí, la más <strong>de</strong>sventurada que las que han<br />

visto <strong>de</strong>spedazar sus hijos en su presencia! ¡ay, más sin remedio y consuelo que las ya<br />

con<strong>de</strong>nadas por sentencia <strong>de</strong> rigoroso juez! ¡Oh sitio maldito, árbol <strong>de</strong>scomulgado, testigo<br />

<strong>de</strong> dos muertes, por quien yo diera mil vidas, si las tuviera! ¿Qué exequias hará quien <strong>de</strong>sea<br />

morir sin ellas, siendo homicida <strong>de</strong> sí propia? ¿Con qué llanto podré entregarme a la rabiosa<br />

muerte que tanto huye <strong>de</strong> mi? ¿Cuántos días y noches vengo a ver si puedo acompañar<br />

estos <strong>de</strong>spedazados miembros? Yo me levanté.. y estando ella junto a mí sin hacer<br />

movimiento, y yo temblando, me dijo: ¿Eres acaso sombra que vienes enviada <strong>de</strong> la región<br />

<strong>de</strong> los muertos a llevarme a la compañía <strong>de</strong> mi esposo y <strong>de</strong> mi amigo? Si eres <strong>de</strong> allá, ya<br />

sabes que en este mismo lugar adon<strong>de</strong> estás, mi amante dió la muerte a mi esposo sin<br />

consentimiento mio, por gozarme a solas y con libertad, y que en ese mismo árbol el<br />

amante, que me había quedado para consuelo, pagó la culpa <strong>de</strong> su <strong><strong>de</strong>l</strong>ito. Veslo ahí sobre ti<br />

colgado, siendo mantenimiento <strong>de</strong> aves y animales. Yo, escandalizado, alcé el rostro, y vi,<br />

porque ya comenzaba a amanecer, a aquel cuyos gusanos andaban por mi rostro, cuando yo<br />

pensaba que eran hormigas: y confieso que con el horrendo espectáculo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperada<br />

mujer, y con el hendiente espantajo <strong><strong>de</strong>l</strong> árbol, si no hubiera luz, me cayera muerto, cortado<br />

y sin fuerzas; mas para no hacerlo, me ayudó el oír los cencerros y campanillas <strong>de</strong> la recua<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> arriero, que ya salía <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo, porque como arriba dije, pensando que iba <strong><strong>de</strong>l</strong>ante, me<br />

iba hacia atrás, y a él le hicieron salir más <strong>de</strong> mañana que solía, porque fuese a recoger los<br />

engañados estudiantes. Y prosiguiendo la miserable mujer, dijo: Y si eres cosa <strong>de</strong> este<br />

mundo, huye <strong>de</strong> este execrable lugar, y déjame proseguir mis acostumbradas exequias,<br />

<strong>de</strong>sesperado mantenimiento con que me <strong>de</strong>sayuno todas las mañanas: y bien pudo dudar la<br />

irremediable mujer si yo era fantasma o visión horrible <strong>de</strong> los olvidados sepulcros; porque<br />

el temor me había chupado los carrillos, alargando el rostro y teñido el color <strong>de</strong> rojo en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!