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El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal

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entendimiento todo en ti. Speçie me pareçería ser de infidelidad si un hombre tan bajo y tan<br />

suez como yo no creyesse a un hombre çelestial y divino como tú.<br />

GALLO. No quiero, Miçilo, que dexes de trabajar, no demos ocasión a morir de hambre,<br />

pues todo se puede hazer, prinçipalmente cuando de ti tengo entendido que cuelgas con tus<br />

orejas de mi lengua, como hizieron los françeses de la lengua de Hércules Ogomio<br />

admirable orador. Agora, pues, óyeme y sabrás que como yo considerasse en el mundo con<br />

gran cuidado todas las cosas que hay entre los mortales, y hallasse ser todas dignas de risa,<br />

bajas y pereçederas: las riquezas, los imperios, los offiçios de república y mandos;<br />

menospreçiando todo esto, con gran deseo me esforçé a emplear mi entendimiento y<br />

affiçión en aquellas cosas que de su cogeta son buenas a la verdad; y ansí cobdiçié passar<br />

destas cosas tenebrosas y obscuras, y volar hasta la naturaleza y criador de todas, y a este<br />

desseo me movió y ençendió más la consideraçión deste que los philósophos llaman<br />

mundo, porque nunca pude en esta vida hallar de qué manera fuesse hecho, ni quién le hizo,<br />

dónde tuvo principio y fin. Después desto cuando en particular le deçendía a [le]<br />

contemplar mucho más me causaba admiraçión y dubda, cuando vía las estrellas ser<br />

arroxadas con gran furia por el çielo ir huyendo. También deseaba saber qué cosa fuesse el<br />

sol, y sobre todo deseaba conocer los açidentes de la luna, porque me pareçían cosas<br />

increíbles y maravillosas, y pensaba que algún gran secreto que no se podía declarar<br />

causaba en ella tanta mudança de speçies, formas y figuras: aquella braveza con que el rayo<br />

sale con aquel resplandor, tronido espantoso y rompimiento de nube, y el agua, la nieve, el<br />

graniço enviado de lo alto. Pareçíanme ser todas estas cosas difíçiles al entendimiento, en<br />

tanta manera que por ninguna fuerça de nuestra naturaleza se podían por algún hombre<br />

comprehender acá. Pero con todo esto quise saber qué era lo que destas cosas los nuestros<br />

philósophos sentían, porque oía dezir a todos que ellos enseñaban toda la verdad. También<br />

reçebía gran confusión considerando aquella sublimidas y alteza de los çielos,<br />

prinçipalmente del empíreo y de su perpetuidad, el trono de Dios, el asiento de los santos, y<br />

la manera de su premiar y beatificaçión, el orden que hay en la muchedumbre de todos los<br />

coros angelicales. Pues primero quisse sujetarme a la disçiplina destos nuestros maestros,<br />

los cuales no poco están hinchados y presumptuosos con estos títulos, diziendo que<br />

enhastiados de las cosas de la tierra volan a alcançar la alteza de las cosas çelestiales, lo<br />

cual no sería en ellos poco de estimar si ello fuesse ansí. Pero cuando en aquellas comunes<br />

academias entré y miré todos los que en la manera de disputa y liçión mostraban enseñar, <<br />

> entre todos vi el hábito y rostro muy particular en algunos, que sin preguntar lo<br />

conoçieras haberse levantado con el título de çelestiales, porque todos los otros, aunque<br />

platicaban profesión de saber, debajo de un universal baptismo y fe traían un vestido no<br />

differente del común; pero estos otros mostraban ser de una particular religión, [por estar]<br />

vestidos de < > un hábito y traxe particular, y aun entre ellos differían en el color, y aunque<br />

en su presunçión, arogançia, obstentaçión, desdén y sobreçejo mostrassen ser los que yo<br />

buscaba, quise preguntar por me satisfazer, y ansí me llegué a uno de aquellos que a<br />

aprender concurrían allí, y a lo que le pregunté me respondió señalándomelos con el dedo:<br />

«Éstos son maestros de la philosophía y theología natural y çelestial.» Y ansí con el deseo<br />

que llevaba de saber, con gran obediençia me deposité a su disçiplina, proponiendo de no<br />

salir de su escuela hasta que hubiesse satisfecho a mi dubda y confusión. ¡O Dios inmortal<br />

qué martirio passé allí!, que començando por uno de aquellos maestros según el orden que<br />

ellos tenían entre sí, a cabo de un año que me tenía quebrada la cabeça con sólo difinir<br />

términos cathegoremáticos y sincathegoremáticos, análogos, absolutos y conotativos, < >

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