El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
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gran música y melodía de diversos instrumentos y admirables vozes, continúan sin nunca<br />
çesar gloria a Dios; siguen a éstos grandes compañas de mártires con palmas en las manos y<br />
unas guirnaldas de roble çelestial en las cabeças, que denotaba su fortaleza con que<br />
sufrieron los martirios por Cristo; por el semejante éstos estaban acompañados de la mesma<br />
abundançia de música, y embelesados y arrebatados en la visión divina; estaba luego una<br />
inumerable multitud de confessores, pontífices, perlados, saçerdotes y religiosos que en<br />
vidas honestas y recogidas acabaron y se fueron a gozar de Dios. En un muy florido y<br />
ameno prado de flores muy graçiosas y de toda hermosura y deleite estaba una gran<br />
compaña de damas, de las cuales, demás de su beldad, echaban de sí un admirable<br />
resplandor que privara todo juizio humano si de beatitud no comunicara; éstas, sentadas en<br />
torno en aquella çelestial verdura, hazían gran cuenta de una prinçipal guía que las<br />
entonaba y ponía en una música que con altíssimo orden loaba a Dios; tenían todas muy<br />
graçiosas guirnaldas en sus cabeças, entretexidas rosas, violetas, jazmines, alhelíes y de<br />
otro infinito género de flores naçidas allá que no se podían marchitar ni corromper. Dellas<br />
tañían órganos, dellas clavicordios, monacordios, claviçimbanos [y otras diversas sonaxas]<br />
acompañadas con vozes de gran suavidad; éstas, me dixo mi ángel, que era la<br />
bienaventurada Santa Úrsula con su compañía de vírgenes, porque demás de sus onze mil<br />
había allí otro inumerable cuento dellas. Aquí conoçí las almas de mis padres y parientes y<br />
de otras muchas personas señaladas que yo acá conoçí, que dexo [yo] agora de nombrar por<br />
no te ser importuno, a las cuales conoçí por una çierta manera de alumbramiento que por su<br />
bondad Dios me comunicó; la cual es una manera de conoçerse los bienaventurados entre sí<br />
para su mayor gozo y gloriosa comuniçación. En esta alta y soberana conversaçión que<br />
tengo contado estuve ocho días por previllegio y don soberano de Dios.<br />
MIÇILO. Por çierto, gallo, mucho me has dicho, y tanto que humano pensamiento<br />
nunca tal conçibió; bien pareçe que has estado allá, por lo cual bien te podremos llamar<br />
çelestial. Dime agora que deseo saber, ¿allá en el cielo hay noches y días differentes entre<br />
sí?<br />
GALLO. No, pero después venido acá me saludaban mis amigos como ausente tanto<br />
tiempo, y por la cuenta que hallé que contaban en el mes, que allá todo es luz, claridad,<br />
alegría y plazer; no hay tinieblas, obscuridad ni noche donde está Dios que es luz y lumbre<br />
eterna a los que viven allá. En estos ocho días vi, hablé y comuniqué con todos mis<br />
parientes, amigos y conocidos, y a todos los abraçé con mucho plazer y alegría; y me<br />
preguntaron por los parientes y amigos que tenían acá, y yo les dezía todo el bien dellos con<br />
que más los podía complazer y deleitar, y no era en mi mano dezirles cosas que los<br />
pudiesse entristecer, aunque de ninguna cosa reçibieran ellos turbaçión ya que se la dixera,<br />
porque allá están tan conformes con la voluntad de Dios que ninguna cosa que acá suçeda<br />
los puede turbar, porque tienen entendido que proçede todo de Dios, porque en Dios y ellos<br />
sola hay una voluntad y querer.<br />
MIÇILO. Dime agora, gallo, ¿qué manera de habla y lenguaje usan allá?<br />
GALLO. Mira, Miçilo, que los bienaventurados que no tienen sus cuerpos allá no hablan<br />
lenguaje ni por voz esterior, porque ésta sólo se puede hazer y formar por miembros que<br />
como instrumentos dio naturaleza al cuerpo para se dar a entender como lengua, dientes y<br />
paladar. Pero las almas que no tienen cuerpo, cada cual queriendo puede comunicar y