El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
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enferma de xaqueca, que es enfermedad de señoras, y para fingir este dolor hazía unos<br />
géneros de birretes portogueses afforrados en martas, o grana de Florençia, demandaba a<br />
mis servidores, < > devotos [y familiares]. Pues para sustentar mis locuras y intereses<br />
levanté un bando en el monesterio de los dos san Juanes, Evangelista y Baptista; y como yo<br />
tuve entendido que mis contrarias con quien yo tenía mis differençias y pundonores seguían<br />
al Evangelista, tomé yo con mis amigas la devoçión, [el apellido] y parçialidad del Baptista,<br />
no más de por contradezir, que de otra manera nunca tuve cuenta ni eché de ver cuál dellos<br />
mereçía más, ni cuál era mejor.<br />
MIÇILO. ¡O gran vanidad!, ¡cuánto mejor fuera que trabajaras por imitar a cualquiera<br />
dellos en virtud y costumbres!<br />
GALLO. Pues cuando venía el día de San Juan de junio, ¡cuánto era mi desasosiego y<br />
mi inquietud! Revolvía todo el pueblo buscando la tapizería para la iglesia, claustras y<br />
refitorio: el hinojo, claveles, clavellinas, halelíes, azuzenas y albahacas puestas en mil<br />
maneras de vasijas de mucha curiosidad; y otras frescas y odoríferas yerbas y flores, yuncos<br />
y espadañas. Aparejaba las pastillas, mosquete, estoraque y menxui, que truxiessen toda la<br />
casa en grande y suave olor. Traía aplazado el predicador de veinte leguas. y un año antes<br />
negoçiado, y la música única y peregrina de muchos instrumentos de suave y acordada<br />
melodía. Negoçiaba las vozes de cantores de todos los señores y iglesias cathedrales y<br />
colegiales cuantas había en la comarca. Después para todos éstos aparejaba casas, camas y<br />
de comer; buscaba aves, pescados y frutas de toda diferençia, preçio y estima. Un mes antes<br />
hazía [los] mazapanes, bizcochos, rosquillas, alcorzas y confituras, y aún mucho sebillo de<br />
manos y guantes adobados, para dar a unos y a otros conforme a la calidad y liviandad de<br />
cada cual que intervenía en mi fiesta.<br />
MIÇILO. Todo eso no se podía hazer sin gran costa. Dime, ¿de dónde habías todo eso?<br />
GALLO. Por haberlo grangeaba yo un año antes los amigos y servidores por diversas<br />
vías y maneras. Procurando negoçios, dares y tomares con todo género de hombres: de los<br />
unos me aprovechaba para que me diessen algo, y de los otros para que me buscassen lo<br />
que hazía a mi menester, y a otros quería para que me llevassen mis recados y mensajes,<br />
con que buscaba y adquería lo demás. De manera que yo me empleaba tan toda en este caso<br />
que nunca me faltaba cosa que hiziesse al cumplimiento de mi voluntad.<br />
MIÇILO. ¡O cuán molida y quebrantada quedarías passada la fiesta, y más argullosa,<br />
presuntuosa y profana en haber cumplido con tu vano interés! ¡O cuán miserable y<br />
desventurada era esa tu ocupación, lo que es más de llorar!<br />
GALLO. Las contrarias hazían otro tanto por Navidad día de San Juan Evangelista, que<br />
es el terçero día de la Pascua.<br />
MIÇILO. Pareçe que tenía el demonio un censo cada año sobre todas vosotras, la meitad<br />
pagado por las unas por Navidad, y la otra meitad a pagar por las otras a San Juan de junio.<br />
¿Qué liviandad tan grande era la vuestra, que siendo ellos en el çielo tan iguales y tan<br />
conformes, haya entre sus devotas acá tanta desconformidad y disensión? Antes me pareçe<br />
que como verdaderas y buenas religiosas debiéredes preçiaros < > ser más devotas del