El Crotalón - Biblioteca Virtual Universal
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hemos tenido a tu persona, pues teniéndote respeto te preferimos en nuestra compañía y<br />
serviçio a otros muchos que se nos ofreçieron y pudiéramos reçebir. Desto, pues, has visto<br />
por esperiénçia la verdad, no es menester agora referirlo aquí, y ansí por el semejante tienes<br />
visto el tratamiento < > y ventajas que en estos días has tenido en nuestra casa y<br />
familiaridad. Agora, pues, resta que tengas cuenta con nuestra llaneza, poco fausto, que<br />
conforme a la pobreza de nuestra renta vivimos recogidos, humildes como çiudadanos en<br />
ordinario común; de la mesma manera querría que subjetasses el entendimiento a vivir con<br />
la mesma humildad, y te contentasses con aquello poco que por ti podemos hazer cuanto a<br />
grandes salarios, teniendo antes respeto al contentamiento que tu persona terná de servirme<br />
a mí, con nuestra buena condiçión, trato y familiaridad, y también con las merçedes,<br />
provechos y favores que andando el tiempo te podemos hazer. Pero razón es que se te<br />
señale alguna cantidad de salario y merçed, y quiero que sea lo que te pareçiere a ti; di lo<br />
que te pareçerá, porque por poco no te querría desgraçiar. Esto todo que tu señor te ha<br />
dicho te pareçe tan gran llaneza y favor que de valde estás por le servir, y ansí enmudeçes<br />
vista su liberalidad; y porque [no] ve que no quieres dezir tu pareçer, sois conçertados que<br />
lo mande uno de aquellos que están allí viejos, avarientos, semejantes y criados de la<br />
moçedad con él. Luego el terçero te comiença a encareçer la buena fortuna que has habido<br />
en alcançar a servir tan valeroso señor, el cual por sus méritos y generosidad todos cuantos<br />
en la çiudad hay le desean servir; «y tú te puedes tener por glorioso, pues todos quedan<br />
invidiosos deseando tu mesmo bien. Y pues los favores y merçedes que te puede cada día<br />
hazer son bastantes para pagar cualquiera serviçio sin alguna comparaçión, porque parezca<br />
que so color < > del salario te puede mandar, reçibe agora çinco mil maravedís en cada un<br />
año con tu raçión, y no hagas caudal desto que en señal de açeptarte por criado te lo da para<br />
unas calças y un jubón, con protestaçión que no parará aquí, porque más te reçibe a título<br />
de merçed, debajo del cual te espera pagar». Y tú confuso, sin poder hablar, lo dexas ansí,<br />
arrepentido mil vezes de haber venido a le servir, pues pensaste a trueque de tu libertad<br />
remediar con un razonable salario [toda] tu pobreza y neçesidades, con las cuales te quedas<br />
como hasta aquí, y aun te ves en peligro que te salgan más. Si dizes que te den más, no te<br />
aprovechará y dezirte han que tienes ojo a sólo el interés, y que no tienes confiança ni<br />
respeto al señor; y aunque ves claro tu daño no te osas despedir, porque todos dirán que no<br />
tienes sosiego ni eres para sufrir y servir un señor. Y si dixeras el poco salario que te daba,<br />
injuriaste, porque dirán que no tenías méritos para más. Mira batalla tan miserable y tan<br />
infeliz, ¿qué harás?: neçesitaste a mayor neçesidad; pues por fuerça has de servir confiado<br />
sólo de la vana esperança de merçed, y la mayor es la que piensa la que te haze en se servir<br />
de ti, porque todos estos señores tienen por el prinçipal artículo de su fe, que los hizo tan<br />
valerosos su naturaleza, tan altos, de tanta manifiçençia y generosidad que el soberano<br />
poder le tienen usurpado; es tanta su presunçión que les parece que para solos ellos y para<br />
sus hijos y desçendientes es poco lo que en el mundo hay, y que todos los otros hombres<br />
que en el mundo viven son estiércol, y que les basta sólo pan que tengan qué comer, y el sol<br />
que los quiera alumbrar, y la tierra que los quiera tener sobre sí; y teniendo ellos çincuenta<br />
cuentos de renta y más, no les pareçe un maravedí, y si hablan de un clérigo que tiene un<br />
beneffiçio que la renta çien ducados, o mil, santíguanse con admiración, y preguntan a<br />
quien se lo dize si aquel beneffiçio tiene pie de altar qué puede valer; y muy de veras tienen<br />
por opinión que para ellos solos hizo naturaleza el feisán, el francolín, el abutarda, [gallina]<br />
y perdiz, y todas las otras aves preçiadas; y tienen muy por çierto que todo hombre es<br />
indigno de lo comer. Es, en conclusión, tanta la soberbia y ambiçión [destos], que tienen<br />
por muy averiguado que todo hombre les debe a ellos salario por quererse dellos servir. Ya