La lealtad de los delincuentes - tonisoler
La lealtad de los delincuentes - tonisoler
La lealtad de los delincuentes - tonisoler
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
7. Más problemas <strong>de</strong> Angelito<br />
A la mañana siguiente <strong>de</strong>sperté con una resaca controlada. <strong>La</strong>s imágenes <strong>de</strong><br />
la noche anterior se repetían en mi cabeza como un bucle. Por suerte, Andrea<br />
y Sonia habían llamado a un taxi <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la juerga y se habían marchado.<br />
Fran no estaba en la habitación <strong>de</strong> invitados. Bajé al salón y le encontré<br />
allí, tumbado en el sofá, escondiendo su <strong>de</strong>svelo <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> unas gafas <strong>de</strong> sol.<br />
—No quiero que le cuentes a nadie lo <strong>de</strong> ayer —me pidió nada más verme.<br />
—Vale. ¿Estás bien?<br />
—No. Pero no te equivoques. Ayer lo pasé <strong>de</strong> miedo. Me hacía falta una<br />
noche <strong>de</strong> <strong>de</strong>scontrol. Salir. Follar —hizo una pequeña pausa y continuó—,<br />
pero eso no es lo que busco. Sólo hay una cosa que <strong>de</strong> verdad pue<strong>de</strong> hacerme<br />
feliz: estar con Silvia. Lo sé, es una gilipollez, pue<strong>de</strong> que no lo entiendas…<br />
—Créeme. Lo entiendo —le dije, pensando en Marta.<br />
Permanecimos <strong>los</strong> dos en silencio, sin hacer ni un sólo comentario acerca<br />
<strong>de</strong> la noche <strong>de</strong> lujuria y perversión que habíamos vivido juntos. En otras<br />
circunstancias habríamos rememorado cada instante, <strong>de</strong>leitándonos en lo<br />
ocurrido y en cómo lo habíamos pasado. Hablando <strong>de</strong> tetas y cu<strong>los</strong>, riéndonos,<br />
llamando a <strong>los</strong> colegas para contarlo. Sin embargo, allí estábamos <strong>los</strong> dos,<br />
cada uno inmerso en sus propios pensamientos.<br />
Reflexioné sobre lo que había hecho Marta. Nunca me había besado.<br />
Yo lo <strong>de</strong>seaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la conocí, hacía ya muchos años, pero nunca me<br />
había atrevido. Tendría que hablar con ella sobre eso. Marta parecía feliz<br />
con su novio. ¿Por qué lo había hecho, entonces? Y a<strong>de</strong>más, arriesgándose<br />
a que él la viera. Me sentí feliz por ello. No tenía remordimientos <strong>de</strong> la noche<br />
45