15.05.2013 Views

La lealtad de los delincuentes - tonisoler

La lealtad de los delincuentes - tonisoler

La lealtad de los delincuentes - tonisoler

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Ya lo sabes —respondió sin atreverse a mirarme a la cara.<br />

—Tengo que pensarlo. Es mucha pasta y sabes que no tengo ingresos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo.<br />

—Bien. Pero no tar<strong>de</strong>s. No tengo mucho margen <strong>de</strong> maniobra.<br />

—Mañana te contesto. Sabes que quiero ayudarte, pero no quiero hundirme<br />

contigo por culpa <strong>de</strong> tus estupi<strong>de</strong>ces.<br />

Ángel hizo unas llamadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi móvil para gestionar la recuperación <strong>de</strong><br />

su coche. Seguía en el Parque Natural. Encontraron el zapato, pero no había ni<br />

rastro <strong>de</strong> la chaqueta que llevaba su móvil y la cartera <strong>de</strong>ntro. Dimos <strong>de</strong> baja<br />

el móvil. <strong>La</strong> compañía <strong>de</strong> telefonía nos informó <strong>de</strong> que se habían hecho tres<br />

llamadas a Serbia la madrugada anterior. Ciento veintisiete minutos.<br />

Dejé a Ángel sentado en el sofá <strong>de</strong>l salón y subí a la buhardilla. Tenía que<br />

pensar. Realmente no me fiaba <strong>de</strong> mi amigo. Dejarle la pasta era una opción<br />

muy arriesgada. A<strong>de</strong>más, le costaría tres o cuatro semanas recuperarse <strong>de</strong> sus<br />

lesiones, por lo que durante ese tiempo no podría hacer mucho por mejorar la<br />

situación <strong>de</strong>l restaurante.<br />

<strong>La</strong> <strong>de</strong>cisión lógica era <strong>de</strong>cirle que no, que no me venía bien. En parte era<br />

verdad. ¿Él lo haría por mí? <strong>La</strong> eterna pregunta en estos casos. Seguramente,<br />

no. Se escabulliría como una comadreja y daría la espalda a mis problemas.<br />

Pero, ¿era yo capaz <strong>de</strong> hacer lo mismo? Estaba casi convencido <strong>de</strong> que aquello<br />

no acabaría bien. Si le <strong>de</strong>cía que no, sabía que nuestra relación se resentiría.<br />

Sin embargo, si le <strong>de</strong>jaba la pasta y Angelito no cumplía, como tenía por<br />

costumbre, podría ser incluso peor. Tenía que tomar una <strong>de</strong>cisión y no era<br />

fácil. Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista práctico sabía que ese dinero estaría enterrado<br />

durante mucho tiempo. No habría ni plusvalías, ni réditos, ni divi<strong>de</strong>ndos. Eso<br />

en el mejor <strong>de</strong> <strong>los</strong> casos. También era cierto que en cuanto Angelito vendiera<br />

su casa, sería yo el primero en cobrar. ¿O no? Sabía que tenía una hipoteca<br />

sobre la casa, pero <strong>de</strong>sconocía el importe. Podía contarle lo ocurrido a Dani<br />

y <strong>de</strong> esa forma enterarme <strong>de</strong> la situación real <strong>de</strong> <strong>los</strong> bienes <strong>de</strong> Ángel, pero<br />

eso sería traicionarle y contar su secreto, aunque estaba convencido <strong>de</strong> que al<br />

final todos acabarían enterándose <strong>de</strong> lo ocurrido. Una paliza así no se escon<strong>de</strong><br />

con facilidad. A<strong>de</strong>más, Dani estaba conmigo cuando Ángel me llamó para<br />

pedir ayuda y aún estaba pendiente <strong>de</strong> que le llamara para explicarle lo que<br />

había sucedido. Bajé al salón.<br />

—Ángel, sabes que Dani estaba conmigo cuando me llamaste. Debe estar<br />

preocupado. ¿Has pensado qué vas a <strong>de</strong>cirle?<br />

53

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!