Historia de la literatura gallega - Innova

más de 700 000 gallegos. Las remesas de dinero enviadas por los emigrantes
superaban el principal ingreso gallego de la época, la venta de ganado bovino.
En cuanto a la lengua, paradójicamente, en la etapa del Rexurdimento,
pese al desarrollo literario, el gallego pierde prestigio y hablantes, pues la
Restauración potenció el castellano en la Enseñanza, la Administración o la
Justicia. La extensión de la Administración liberal o la inclusión de Galicia
dentro del ámbito económico estatal por estos años suponen un aumento de la
diglosia: la lengua del ascenso social, burocrático o económico era el
castellano.
Ante esta situación de desprestigio de la lengua, surge el movimiento de
las Irmandades da Fala (Hermandades del Habla), ideadas por el peridista,
escritor y político Antón Villar Ponte. Villar Ponte creía que en cada ciudad y
hasta aldea de Galicia debía surgir la correspondiente Irmandade para luchar
por la lengua gallega. Él funda la primera, en A Coruña, en 1916 y le seguirán
las de Santiago, Monforte, Pontevedra, Ourense... A Nosa Terra, ya citada, se
convertirá en su órgano periodístico. Las Irmandades defienden la
normalización del gallego y su empleo en todos los campos y actividades,
desde la Enseñanza a la Administración. Pronto superan el ámbito lingüístico
para realizar propuestas claramente políticas. En su Asamblea de 1918
proponen la cooficialidad de gallego y castellano, la existencia de un poder
autonómico gallego que se ocupe de los asuntos e intereses propios de Galicia
y hasta esbozan un plan de industrialización de Galicia, comunicaciones, etc.,
que pude considerarse un verdadero programa político. Con el movimiento de
las Irmandades da comienzo la etapa del nacionalismo, que, tras múltiples
avatares, conducirá a la aprobación del Estatuto de Autonomía de Galicia de
1981, actualmente vigente.
El periodo 1916-1936, dentro de este ambiente promovido por las
Irmandades, va a ser un momento de esplendor para la lengua y literatura
gallegas. Los esfuerzos normalizadores cristalizarán en el Estatuto de Galicia
de 1936, que no llegó a entrar en vigor por el estallido de la guerra civil, que
reconocía la cooficialidad de gallego y castellano en Galicia.
En esta etapa 1916-1936, los escritores de la generación Nós –Castelao,
Otero Pedrayo, Risco, Cuevillas- van a ser los grandes creadores de la prosa
gallega moderna y su labor en los géneros en prosa es comparable a la que en
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