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museológica. coleccionismo<br />
Nacido en Nueva York el 10 de<br />
marzo de 1870, Archer Huntington<br />
asistió a los mejores colegios<br />
privados, tuvo profesores particulares<br />
y gozó de las vivencias y la<br />
educación que proporcionan los<br />
viajes al extranjero. Su primer viaje a<br />
Europa, en el verano de 1882, le<br />
supuso una serie constante de<br />
estímulos culturales e intelectuales<br />
que marcarían el rumbo de su vida.<br />
En aquel verano de descubrimientos,<br />
adquirió la costumbre de llevar un<br />
diario en el que, en Londres, apuntó<br />
sus primeros pasos como<br />
coleccionista con la adquisición de<br />
unas monedas antiguas. También fue<br />
en Londres, apenas dos semanas<br />
después, cuando compró al azar, en<br />
una librería, una copia de Los zincali<br />
(Londres, 1841) de George Borrow y<br />
éste le despertó el interés por<br />
España, que se mantuvo vivo hasta<br />
el fin de sus días. En los días<br />
posteriores, primero en Londres y<br />
luego en París, Huntington descubrió<br />
su pasión por el arte y los museos.<br />
En París, el 12 de agosto, visitó por<br />
primera vez el Louvre, y allí tuvo la<br />
experiencia más intensa del mundo<br />
del arte y de los museos que pudiera<br />
sentir un niño de 12 años.<br />
El 13 de octubre de 1887 comenzó<br />
a título de ensayo a introducirse en el<br />
mundo empresarial, donde se<br />
familiarizó con las complejidades del<br />
emporio económico de su padre,<br />
aunque seguía consagrando su<br />
tiempo libre a la poesía, el estudio<br />
del arte español y a la remota idea<br />
de un museo. En enero de 1889<br />
Huntington ya había llegado a la<br />
conclusión de que tenía poca afición<br />
a los negocios, sobre todo porque le<br />
dejaban escasas oportunidades para<br />
desarrollar su creatividad y, dos<br />
meses más tarde, tomó la decisión<br />
de formar un museo español, que<br />
marcaría profundamente el resto de<br />
su vida. En enero de 1890,<br />
Huntington dió el primer paso hacia<br />
lo que supondría convertir su sueño<br />
en realidad al despedirse del<br />
despacho de los astilleros. Cuando<br />
se conocieron públicamente las<br />
intenciones de Huntington, éste tuvo<br />
que soportar las burlas de sus<br />
amigos y familiares. Quizás, uno de<br />
esos encuentros más llamativos<br />
ocurrió el primero de enero de 1891<br />
cuando visitaba con su padre el<br />
Museo Americano de Historia<br />
Natural y su director, Morris K.<br />
Jessup, le criticó por su deseo de<br />
estudiar una civilización que le<br />
parecía muerta y acabada. El joven<br />
Huntington se defendió muy bien<br />
contra las severas críticas del<br />
distinguido naturalista, y al irse<br />
recibió la aprobación de su padre,<br />
quien le dijo, “Archer, ya veo que<br />
sabes lo que quieres, y creo que<br />
puedes conseguirlo. Haz lo que<br />
quieras y hazlo bien”.<br />
Huntington viajó por España en<br />
1892, 1896 y 1898 consiguiendo<br />
así un conocimiento del país que no<br />
había podido alcanzar en los libros.<br />
En 1898 ya se había dado cuenta<br />
de que el fruto de tantos años de<br />
estudio de la cultura hispánica era<br />
una imagen estéril, académica e<br />
incompleta de España. A través de<br />
sus contactos directos y personales<br />
con gente de todos los niveles de la<br />
sociedad española, y en particular<br />
del campo, Huntington comprendió<br />
que al fin había descubierto el alma<br />
de España en su pueblo. Huntington<br />
dedicó los seis años siguientes a un<br />
cúmulo de actividades, entre ellas la<br />
publicación de unas cuarenta<br />
ediciones facsimilares de libros raros<br />
y únicos, aunque su interés principal<br />
Huntington fue una de<br />
las figuras que más<br />
influencia ejerció y más<br />
hizo progresar el campo<br />
de los estudios<br />
hispánicos en Estados<br />
Unidos durante la<br />
primera mitad del<br />
siglo XX<br />
seguía siendo la creación del<br />
museo español.<br />
Al fin, sobre la base de unos terrenos<br />
comprados en la parte alta de<br />
Manhattan y de una dotación de<br />
capital inicial, el 18 de mayo de<br />
1904 Huntington creó legalmente la<br />
fundación encargada de una<br />
biblioteca y un museo español, que<br />
se denominaría The Hispanic Society<br />
of America. El objeto de dicha<br />
institución era el de “profundizar en<br />
el estudio de la lengua, la literatura y<br />
el arte de España y Portugal”. La<br />
respuesta inmediata del público<br />
norteamericano a tan insigne tarea<br />
fue de escepticismo, y Huntington<br />
escribió: “Cuando en 1904 se<br />
publicó la noticia de la H.S.A. sin un<br />
torbellino de aplausos, mucha gente<br />
se burló del nuevo tipo de capricho<br />
de un hombre rico”, (1904). Los<br />
españoles por el contrario acogieron<br />
la noticia con entusiasmo y le<br />
brindaron todo género de ayuda.<br />
La Hispanic Society se inauguró<br />
oficialmente el 20 de enero de 1908,<br />
y con ello Huntington contaba, al fin,<br />
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