02.12.2014 Views

PORTAL_musa_n5

PORTAL_musa_n5

PORTAL_musa_n5

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

museológica. coleccionismo<br />

realizar un herbolario, consistente en<br />

reunir hojas de diversos tipos,<br />

también clasificadas, de acuerdo con<br />

su forma y la especie a la que<br />

pertenecían. Esto último resultaba<br />

fácil dada la proximidad de un<br />

parque, otro espacio singular de<br />

Cabra, donde encontrábamos todas<br />

las variedades que nos pedía. Aquel<br />

curso dábamos la clase en la<br />

segunda de las aulas del museo, y<br />

como la primera tenía entonces un<br />

piso de madera, adivinábamos<br />

siempre cuándo llegaba el profesor,<br />

que exigía un silencio absoluto en el<br />

momento de su entrada a la clase.<br />

Nuestros pupitres estaban dispuestos<br />

de tal manera que muchos de ellos<br />

quedaban pegados a los armarios<br />

acristalados donde estaban las piezas<br />

que componían el Museo de Historia<br />

Natural, por lo que, como cualquiera<br />

puede suponer, constituían un motivo<br />

de distracción excelente durante las<br />

clases. La impresión que nos daba lo<br />

que veíamos era de un cierto<br />

abandono, pero a nuestros ojos<br />

resultaba muy curioso ver especies<br />

de animales o de minerales en una<br />

época en la que no disponíamos de<br />

los documentales televisivos. El<br />

primero de los espacios culminaba en<br />

un balcón, cuyo arco interior estaba<br />

flanqueado por dos mandíbulas de<br />

cachalote, y, en el segundo,<br />

convivíamos con una de las estrellas<br />

del museo, un esqueleto humano,<br />

situado en una urna, y que, según se<br />

contaba, había pertenecido a un<br />

antiguo conserje del centro que quiso<br />

permanecer allí para siempre. Como<br />

no era difícil forzar la cerradura, raro<br />

era el día en que el esqueleto no<br />

aparecía con un cigarrillo entre los<br />

dientes, o con papeles en las manos,<br />

pero que yo recuerde nunca sufrió<br />

una agresión que superara los límites<br />

de la broma (quizás algo macabra).<br />

Llegó un momento en que nos<br />

sabíamos de memoria el lugar que<br />

ocupaban determinadas especies,<br />

como el tiburón o el delfín; también<br />

nos llamaban la atención algunas<br />

aves, como la del paraíso, que<br />

entonces aún conservaba su<br />

espléndido plumaje; en mi caso<br />

siempre presté atención al lobo; y,<br />

por supuesto, no nos cansábamos de<br />

mirar la rareza de un pequeño<br />

cordero de dos cabezas y la de unos<br />

cabritos siameses. Y es que la<br />

colección de vertebrados era<br />

especialmente llamativa, como se nos<br />

recuerda hoy en uno de los folletos<br />

explicativos del museo. Así, hay<br />

especies marinas del Atlántico y del<br />

Mediterráneo, resaltando el hecho de<br />

que todos estos ejemplares fueron<br />

embalsamados en taxidermia, método<br />

poco frecuente en estas especies; la<br />

colección de aves es muy importante,<br />

algunas de ellas, dado su tamaño, se<br />

encontraban fuera de los armarios en<br />

mis años de estudiante, presidiendo<br />

algunos de los rincones del aula,<br />

como por ejemplo el buitre leonado.<br />

También nos resultaba muy llamativo<br />

el búho real; y, por supuesto, los<br />

mamíferos, los más conocidos, entre<br />

los que se puede ver un ejemplar de<br />

lince y uno que nos inspiraba<br />

simpatía, un cachorro de león.<br />

Mi mirada retrospectiva me permite<br />

afirmar que en aquellos años no se le<br />

sacaron al museo todas las<br />

posibilidades pedagógicas que<br />

hubiese sido posible. El reto que hoy<br />

se presenta es cómo hacer posible<br />

que un espacio lleno de esa riqueza<br />

patrimonial no se deteriore aún más<br />

y pueda ser disfrutado por todos los<br />

ciudadanos. Hablamos de un museo<br />

nacido en la segunda mitad del siglo<br />

XIX, que se nutrió de donaciones y<br />

de adquisiciones que el centro realizó<br />

en distintos momentos. Recibió un<br />

Aspecto actual del armario de aves del museo.<br />

Nuestros pupitres<br />

estaban dispuestos de<br />

tal manera que muchos<br />

de ellos quedaban<br />

pegados a los armarios<br />

acristalados donde<br />

estaban las piezas que<br />

componían el Museo<br />

de Historia Natural, por<br />

lo que, como<br />

cualquiera puede<br />

suponer, constituían un<br />

motivo de distracción<br />

excelente durante<br />

las clases<br />

87

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!