Nichiren Daishonin - SGI-USA
Nichiren Daishonin - SGI-USA
Nichiren Daishonin - SGI-USA
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
como a otros monjes,<br />
para calumniarnos y hablar mal de<br />
nosotros… 33<br />
Esto es, exactamente, lo que hicieron<br />
Ryokan y su círculo de allegados. Sin ningún<br />
intento de enfrentarse con el <strong>Daishonin</strong> en<br />
persona y de manera directa, «abordaron<br />
a los más poderosos»; 34 en otras palabras,<br />
fueron a llorar a las autoridades. Además, de<br />
la manera más cobarde, lo hicieron escudándose<br />
en su «preocupación por la justicia».<br />
Ya que esta manipulación de influencias<br />
se llevó a cabo en ámbitos clandestinos, el<br />
<strong>Daishonin</strong> y sus seguidores —los blancos<br />
de esta campaña de rumores maliciosos—<br />
ni siquiera tuvieron oportunidad de decir<br />
lo suyo. Esto, a la larga, desembocó en la<br />
persecución de Tatsunokuchi. 35<br />
Entre las mujeres del clan Hojo, con<br />
quienes Ryokan y los suyos se habían acomodado<br />
convenientemente, la más importante<br />
y poderosa era la madre de Hojo Tokimune,<br />
el regente que en ese momento<br />
cumplía mandato, como octavo sucesor<br />
del linaje. Esta mujer, a su vez, era hija de<br />
Hojo Shigetoki, ex cosignatario del quinto<br />
gobernante, Hojo Tokiyori. Shigetoki, actuando<br />
mediante su hijo —el sexto regente<br />
Hojo Nagatoki—, había sido el responsable<br />
directo de exiliar al <strong>Daishonin</strong> a Izu. Ryokan<br />
mantenía estrechos vínculos, tanto con<br />
Shigetoki como con Nagatoki. De hecho,<br />
el templo Gokuraku-ji, del cual era prior,<br />
había sido donado por aquel. La madre de<br />
Tokimune era, a su vez, viuda de Tokiyori.<br />
Y, al parecer, Ryokan y su gente fueron a<br />
contarle que el <strong>Daishonin</strong> andaba diciendo<br />
que el fallecido Tokiyori y Shigetoki<br />
habían caído en el infierno del sufrimiento<br />
incesante. 36<br />
Cuando escuchó semejantes<br />
comentarios, la mujer se sintió enardecida<br />
de indignación y, aparentemente, fue directamente<br />
a hablar con su hijo, el regente<br />
Tokimune, exigiéndole que se diera muerte<br />
a <strong>Nichiren</strong> <strong>Daishonin</strong>.<br />
Ryokan y sus secuaces murmuraron<br />
acusaciones de este mismo tenor malicioso<br />
a las esposas de otros funcionarios influyentes.<br />
Como resultado de esta maniobra,<br />
las mujeres sostuvieron que no hacía falta<br />
efectuar una investigación, y que había que<br />
decapitar a <strong>Nichiren</strong> de inmediato 37<br />
Lo que asombra, sin embargo, es que<br />
ninguna haya mostrado el menor prurito o<br />
escrúpulo en mandar ejecutar a un monje.<br />
Los intentos inmorales de<br />
desacreditar a una persona<br />
justa e íntegra<br />
El hecho de que el <strong>Daishonin</strong> fuese<br />
visto como un «sacerdote que violó los<br />
preceptos» quizá haya desempeñado<br />
un papel decisivo en todo esto. Ryokan y<br />
los demás conspiradores habrían dicho a<br />
las mujeres que, en el caso del <strong>Daishonin</strong>,<br />
no se aplicaba la grave falta de matar a un<br />
sacerdote, porque —según ellos— <strong>Nichiren</strong><br />
había transgredido el código monástico de<br />
mantener la castidad. Las mujeres tienen<br />
tendencia a reaccionar enérgicamente,<br />
72 Esperanza – Guía de Estudio – Conceptos Esenciales 2011 ❖ marzo– abril